La sonrisa de la India
Fotografías y reportaje: Judith Garcia y María Jesús Cantón

El viaje

Pooja Shrimali nació el 6 de agosto de 1989 en Udaipur –también conocida como ciudad del amanecer–, en la India. Por cuestiones de la vida, en el 2003 Pooja conoce a una chica que sin saberlo, cambiará su vida. Ella es Sònia Esplugas, una joven española que viaja a la India y reside allí durante tres meses.

El segundo año que va hasta este país asiático, alquila una habitación en casa de la familia Shrimali. Ambas se inician en la danza hindú junto a Deepu, la hermana de Pooja. El lazo que crearon Sònia y Pooja fue tan grande que en 2006, cuando la española le comentó que quería adoptar a una niña india, Pooja le pidió que la acogiese a ella.

 “No hace falta tener la misma sangre para ser de la misma familia”Sònia sin dudarlo ni un momento, aceptó acoger a la joven. De esta manera, Pooja, con tan solo 17 años y sin ningún tipo de miedo, se fue a vivir junto a su nueva familia – que a día de hoy considera como suya propia – a Sabadell.

Su pasión

Pese a encontrarse lejos de su país de nacimiento y ver a su familia tan solo una vez al año, –volverá a su ciudad natal el próximo mes de agosto–, la joven se ha encargado de sentirse cerca de la India al cumplir el deseo de su padre y trasladar los elementos más característicos de la cultura hindú hasta Barcelona.

En 2006, Sònia decide fundar el Centro Asana de Sabadell. Tras su llegada, Pooja comenzó a trabajar allí. Dentro de la entidad, ambas amigas –y otros profesores– imparten clases de Bollywood, Bhangra, masajes y clases de hindi, entre otras muchas cosas.

La academia de cultura india situada en la Carretera de Terrassa 20-22 de Sabadell permite la clara aceptación de la cultura india dentro de nuestra comunidad catalana. Pooja cuenta a día de hoy con más de 500 alumnos en su centro, ofrece múltiples masajes y baila en actuaciones.

En el centro Asana, Pooja y varios compañeros nativos de la India, como es el caso de Sonu Singh, enseñan a bailar danzas clásicas como el Bollywood o el Bhangra. Pero Sonu no es solo un compañero de trabajo para la joven india.

Desde su llegada a Barcelona, este joven de 23 años de edad se ha convertido en un gran amigo y en uno de sus máximos apoyos en la ciudad. En la academia, tanto juntos como por separado ensayan varios días a la semana y preparan actuaciones para representarlas. 

Religión

Además del baile, otro de los elementos característicos de la cultura de Pooja es la religión. La India es un país en el que se mezclan varias religiones, como son el caso del hinduismo, el budismo, el sijismo y el yanismo.  

“Siempre he apoyado la cultura hindú”

Todas ellas tienen un factor en común, la creencia en la reencarnación y en el karma. De este modo, Pooja es una persona religiosa y por tanto acostumbra a dedicar parte de su tiempo a rezar.

Normalmente, según explica la joven, suele dedicar parte de su tiempo a hacer ofrendas a los dioses. También afirma que las raíces de su cultura la enseñaron a rezar diariamente para honrar a los dioses. Cuando Pooja reza dentro de un templo hindú, debe llevar un pañuelo en señal de respeto hacia el templo y sus dioses.

La religión es uno de los gustos que comparte con Sonu Singh, su compañero y amigo que la acompaña normalmente en sus oraciones, haciendo que su cultura y su religión se acerquen siempre un poco más a las tierras españolas y catalanas donde viven ahora.

Y más…

Otro de los elementos que acerca la cultura india hasta Barcelona es el restaurante de comida hindú Vindaloo, abierto por Sònia y su familia –la familia adoptiva de la protagonista–. Pooja accedió desde el minuto uno a apoyar a la que ya considera su familia, tanto en la cocina como con el baile. Cada semana, Pooja actúa junto a Sonu Singh en el restaurante para los comensales que allí se encuentran.

Pero el baile no es lo único que se le da bien a Pooja, ya que en el centro Asana también da típicos masajes hindús y tatúa a quienes lo desean con henna. Ella misma luce a menudo algún tatuaje realizado con esta técnica de coloración de la piel llamada mehndi.

Además, se encarga de acercarnos todavía más a su cultura organizando festivales como el Holi Sabadell, una fiesta de colores típica de la India, que tuvo una aceptación multitudinaria.

Pooja Shrimali es sin duda alguien admirada y querida dentro de su círculo cercano. Ha formado su vida en Cataluña y también mantiene conexión con su tierra natal, la India. La joven, ha luchado día a día por conseguir que su cultura, su religión y sus costumbres sean aceptadas.

Felicidad permanente

Pooja no sólo ha organizado un Holi Festival en Sabadell inspirado en la tradición india, sino que también colabora con un restaurante hindú y administra junto a Sònia su propio centro inspirado en la India.

La joven hindú aprendió de la mano de su hermana y Sònia gran parte de lo que hoy conoce. Es por ello que a día de hoy tenga dos familias. Su familia de origen, en Udaipur, donde se encuentran sus hermanos, sobrinos y su padre. Y también Sònia, su madre y Sonu Singh. 

Su carácter, su felicidad contagiosa y su sonrisa, son marcas que deja Pooja allá donde va. Su alegría constante y vital se contagia en aquellos que la rodean que han conseguido verla como una más entre ellos. Pooja Shrimali es, sin duda, la gran sonrisa de la India.

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