Anna Politkóvskaya, símbolo de integridad periodística
Foto: www.eluniversal.com

El ilustrador italiano Igort hizo recobrar vida en 2014 a la mirada justa de la periodista Anna Politkovskaya en su novela "Cuadernos rusos", con toda su crudeza la verdad salía relucir, los motivos reales de su asesinato el 7 de octubre de 2006 en el ascensor de su edificio en Moscú. Y lo hizo porque a Igort, que siempre le interesó mucho más el ser humano que la noticia, se percató de que en esta historia la integridad periodística y la defensa de la noticia, la verdad de un magnicidio en Chechenia, había acabado con la vida de uno de los seres humanos que lo intentaron denunciar a la comunidad internacional.

Toda fuente de información hay que buscarla por siempre en las historias vívidas y vividas y, ahora que se cumplen nueve años de su muerte, de su conversión en represaliada bajo la cortina del poder, VAVEL la recuerda como ejemplo de integridad periodística, dignidad, profesionalidad y humanidad. No en vano Anna era una de las voces más críticas con la política del Kremlin en Chechenia. Y su asesinato coincidió en el tiempo con el trabajo de investigación periodístico y la preparación de un artículo sobre las torturas sistemáticas en Chechenia, para el bisemanario 'Novaya Gazeta', en el que trabajaba desde 1999. El cuerpo sin vida de la periodista fue hallado por una vecina en el ascensor de un edificio de viviendas en el centro de la capital, junto a él una pistola Makarova y cuatro casquillos en el ascensor, fruto de la fría ejecución que había sufrido.

Rostro de la exterminación encubierta de la libertad de expresión

Politkovskaya fue el rostro de la exterminación encubierta de la libertad de expresión, pues según fuentes de la Unión de Periodistas de Rusia (UPR), en aquel año 2006, desde la llegada a la presidencia de Vladimir Putin, a principios del año 2000, al menos 12 casos de asesinato de periodistas quedaron sin resolver. Anna era un elemento desestabilizador en la oscura política rusa, sus artículos eran considerados como una amenaza, pues Politkovskaya informó con una base fundada en la verdad sobre los horrores de la vida en Chechenia y el Cáucaso. A Anna en esencia la mató su profesionalidad, su objetividad, su afán por conocer, por investigar y entrevistar de primera mano a los seres humanos que conocían y estaban sufriendo en carne propia la verdad de los miserables acontecimientos. Gracias a aquellas historias se descifran las líneas de indignación de los artículos de Politkovskaya, denuncia periodística de la vulneración constante de los derechos humanos.

En el punto de mira de su pluma la política de mano dura Vladimir Putin en Chechenia, la participación directa de soldados rusos en el secuestro y violación del pueblo checheno, pero también Ramzan Kadirov, importante aliado de etnia chechena de Putin y responsable directo de los kadýrovtsy, acusados de cometer numerosos actos de brutalidad y violaciones con total impunidad sobre la población civil. Ya en aquel año 2006 decía Anna en una de sus reflexiones basadas en la información: "Chechenia es el reino de la barbarie. Uno de cada dos muertos es un civil abatido de manera sumaria"

Una periodista de raza, valiente y dispuesta a todo

El carácter y la valentía de Anna Mazzepa (tomó el apellido de su marido Aleksandr Politkovsky) de esta chica nacida en Nueva York en 1958 de padres ucranianos, la hicieron vivir con pasión y contar con precisión todo lo que había aprendido en la Universidad de periodismo en Moscú. Su llegada al periódico Nóvaya Gazeta, constituyó el inicio de su cruzada hacia la verdad, encaminada con numerosos artículos y publicaciones como La Rusia de Putin, libro en el que abordó sin ambages la deriva totalitaria de Rusia, sus increíbles niveles de corrupción, repartidos entre el crimen organizado y los servicios secretos, ejecutores del terrorismo de estado y el genocidio checheno. Hasta el día de su fallecimiento no dejó de escribir, de denunciar: Terror en Chechenia, Una guerra sucia, (2003), y La deshonra rusa, (2004); dejando a título póstumo Diario ruso, con anotaciones escritas entre 2003 y 2005, que contienen crudas descripciones de las técnicas de tortura y asesinato del ejecito ruso en el Cáucaso.

Símbolo de independencia e integridad profesional

Lo cierto es que la valentía de esta periodista trazó un dibujo absolutamente realista y fidedigno de la guerra de Chechenia y de la corrupción estatal en Rusia. Y sus textos en Novaya Gazeta, publicados entre 1999 y 2006, establecen la encarnada cronología de unos hechos que retratan a la Rusia de esos años. La valentía personal de Politkóvskaya la convirtió en un objetivo, en una periodista constantemente amenazada y su asesinato en un símbolo de independencia e integridad profesional. Muy pocas personas están dispuestas a llevar su rectitud profesional, su conciencia humana, a puntos tan arriesgados como para entregar su vida a cambio de la verdad, rechazando todo tipo de sobornos y sufriendo amenazas diarias.

Anna arriesgó su vida en innumerables ocasiones en pos de la verdad, actuó como mediadora en el interior del teatro del musical Nord-Ost en Moscú (2002), demostrando con información que detrás del suceso se encontraba el gobierno ruso. En Beslán (2004), donde murieron 331 rehenes (186 niños) intentó actuar también como mediadora y en el viaje sufrió un intento de envenenamiento. Con la sombra del polonio radioactivo sobre su cabeza siguió adelante, obviando las amenazas de un militar ruso conocido como “El cadete”, responsable de las mayores atrocidades y encargado de enviar misivas de ultimátum al periódico Nóvaya Gazeta.

El ex policía Dmitry Pavliutchenkov fue declarado culpable de su asesinato y condenado a 11 años de prisión en una colonia penitenciaria de alta seguridad. No actuó solo, otros cinco cómplices colaboraron con Pavliutchenkov para acabar con la vida de la periodista, pero los que nunca serán condenados son aquellos que organizaron y dictaron la orden de su ejecución. Por todo ello Politkóvskaya, que entrevistó a Lionel Jospin, Tony Blair, George W. Bush, Boris Berezovsky, Akhmed Zakaev y Vladimir Bukovsky, está considerada como una de las grandes reporteras de nuestro tiempo, mártir de la verdad, defensora de los derechos humanos y denunciante de las corruptelas de los miserables que gobiernan nuestro mundo. Por el recuerdo de la reportera más pura y en el noveno aniversario de su asesinato vayan estas líneas hacia el corazón del periodismo.

VAVEL Logo