Historia del periodismo en España: de Mariano J. de Larra a #JeSuisCharlieHebdo
Fuente: Clasesdeperiodismo.com

Sobre el año 105 China inventa el papel, aunque las civilizaciones siguen usando a voceros, narradores, trovadores y juglares como canales de información. Gutemberg inventa la imprenta en el año 1450, pero no es hasta 1609 cuando aparecen por Europa las primeras gacetas, que era el precio del documento impreso en Italia. Estas no se generalizan en España hasta 1697, cuando aparecen en Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza, llevándoles Barcelona 57 años de ventaja. Se cree que unas diez personas podían leer cada ejemplar pues "prestar" era muy común.

Aunque en el siglo XVIII surgen unos 200 periódicos, tras la Ilustración sobrevivieron muy pocos. Destaca Mariano Nipho, considerado el primer periodista profesional y padre del periodismo español, quien nos situó como uno de los primeros países en tener un diario. En 1740 aparecen críticas, discursos, cartas al director y denuncias de injusticia. Se suceden la Inquisición, la invasión napoleónica y la Guerra de Independencia, que provocan el nacimiento de la prensa política como El Robespierre Español (su mujer, María del Carmen Silva, fue la primera periodista). La mayoría fueron censurados por “falta de patriotismo”. Con las Cortes de Cádiz se establece la libertad de imprenta, que se llevará 200 veces ante la ley, y se legaliza el circuito clandestino de periódicos.

Con la Década Absolutista será necesaria una licencia para difundir información. Aquí destaca Mariano José de Larra: el primer crítico político, que inicia el periodismo de opinión. Surgen la crítica literaria, los pasatiempos y el humor, así como folletines y novelas por capítulos. La prensa se leía en voz alta en gabinetes de lectura, cafés y ateneos. Aumentan las ventas por la bajada de precios y se empieza a utilizar el titular de atracción. Por otro lado, La gloriosa se convierte en el primer ejemplo de prensa femenina. Se crean las primeras agencias de noticias: Associated Press en EEUU, Reuters en Gran Bretaña, Havas en Francia y, vinculada a esta, Fabra en España. La edad de oro del periodismo se desarrolla desde finales del siglo XIX hasta principios del XX. Después tendría que competir con la radio y la televisión, y más tarde con Internet.

De la sección de deportes, que comienza tímidamente, se dice que “difícilmente llegará a aclimatarse en nuestro país pues no encaja en nuestras costumbres por su seriedad”.

La prensa se convierte en industria y el periodismo en profesión, aparece entonces el monárquico y conservador ABC. Primo de Rivera dio una de cal y otra de arena al sector: suprimió la libertad de expresión pero concedió ventajas materiales (papel y maquinaria), promovió el contrato de trabajo, la baja por enfermedad y las vacaciones pagadas. La prensa se asocia y sindicaliza tras la I Guerra Mundial.

 

Dictadura franquista (1939-75)

Franco convierte en ciencia ficción la libertad de prensa y cambia los directores de los pocos periódicos que sobreviven. Destacan ABC o La Vanguardia, diarios eclesiales, otros propios del régimen y alguna iniciativa sindical. La Ley Fraga trae la apertura informativa en el 66 con semanarios como Cambio 16 o El Caso (sí, la serie), revistas del corazón como Hola o Lecturas y periódicos deportivos como As o Marca. La Dictadura promueve la afición por los espectáculos deportivos; y la radio, junto al cine, populariza a actores y futbolistas.

Transición

Se estructura El País, aparecen las publicaciones económicas Cinco Días o Expansión, y revistas satíricas como El Jueves. La prensa participa en un pacto de silencio por miedo a alterar la paz, esto se ve en el trato a los miembros del Congreso nombrados para elaborar la Constitución, se les llama “los siete hombres buenos”. Aparecen El Mundo y el sensacionalista La Razón. La prensa rosa y deportiva se especializan y engloban el 30% de las publicaciones.

2.000 

Aparecen los diarios gratuitos, Internet, el hipertexto y el ciberperiodismo. Surgen El Confidencial, Público, Voz Pópuli, El Español y Ok Diario. Los elementos multimedia lo copan todo y prima la interactividad con el lector, la densidad informativa y la búsqueda de buenos índices de audiencia. El posicionamiento, el impacto, lo viral, las redes, los titulares llamativos que inciten al click y al miedo, la emoción efímera y la innovación tecnológica. Las trasmisiones a tiempo real de ataques como a Charlie Hebdo y la información nada contrastada, el periodismo que entretiene. Que también convive con el periodismo especializado, independiente, de datos y calidad: Spotlight, Jot Down o El Diario. Dejando atrás la figura del “valiente” reportero de guerra o a Marvel (Superman era reportero y Spiderman fotógrafo); ese periodismo es también noble y heroico. El periodismo que desenmascara mentiras, destapa mafias, fondos buitre y fraudes; el que hace cooperar a 300 periodistas internacionales en la investigación de los Papeles de Panamá.

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