José Mujica se despide de la presidencia de Uruguay
Fuente: REUTERS

José Mujica, conocido como el presidente "más humilde del mundo", pone fin a sus cinco años de gobierno con una aprobación y popularidad internacional por sus políticas progresistas, su franqueza al hablar y su sencillo estilo de vida. "No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivir con lo justo para que las cosas no me roben la libertad", decía el exguerrillero Mujica.

En una solemne jornada en la plaza de la Independencia de Montevideo, el izquierdista Tabaré Vázquez ha asumido hoy la presidencia de la República de Uruguay relevando a Mujica tras ganar las elecciones del pasado mes de noviembre. Vázquez reemplaza a un jefe de Estado de su propio partido, Frente Amplio, y lo hace repitiendo mandato, pues ya fue presidente desde 2005 hasta 2010.

Educación y seguridad son los temas que más preocupan a los uruguayos El nuevo mandatario recibe un país con una fuerte reducción de la pobreza, con un crecimiento anual del 5% y un desempleo de 6,7%. Sin embargo, su antecesor pone en sus manos el desafío de gobernar Uruguay tras varias iniciativas polémicas que ahora hereda. La ley 'progresista' que regula el mercado de la marihuana, la del matrimonio homosexual, la del aborto y la acogida de presos de Guantánamo son algunos ejemplos.

Educación y seguridad son también asuntos no resueltos que se han convertido en el principal dolor de cabeza de los uruguayos. Desde 2003 el país ha tenido uno de los peores resultados educativos de Sudamérica según el informe PISA. Por otro lado, Vázquez pretende reducir la tasa de homicidios y eliminar la sensación de inseguridad que existe en el país "tratando de dignificar la función de la policía", pues Uruguay está entre los cinco países con más robos.

El presidente electo ha asegurado que su principal objetivo es aumentar el desarrollo de su país sobre la base actual de crecimiento económico y modernizarlo con la construcción de grandes infraestructuras. Asimismo, aspira a que Uruguay se convierta en miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Mujica, por su parte, no se retira definitivamente de la política. El escaño que ocupará en el Senado aportará un gran peso en las decisiones de la nueva legislatura. En su discurso de despedida del pasado viernes, fue tan contundente y filosófico como agradecido: "No me voy, estoy llegando. Me iré con el último aliento y donde esté estaré para ti", dijo al pueblo.

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