Fillon, a un paso de ser el candidato de Les Republicains
Fillon, durante un mitin durante la campaña. Foto de zimbio.com/AFP

Saltó la sorpresa. Una vez más, los sondeos fallaron. Este mismo año ya son varios los errores de bulto. Al brexit, la victoria de Trump o el no al acuerdo con las FARC se pueden sumar ya las primarias de la derecha y el centro en Francia. La segunda vuelta tendrá como protagonistas al exprimer ministro François Fillon y al alcalde de Burdeos Alain Juppé. Fuera de la carrera se quedó Nicolas Sarkozy, presidente del país galo entre los años 2007 y 2012.

Por primera vez en la derecha francesa, el candidato se elegía a través de primarias abiertas. Cualquiera podía votar. Los únicos requisitos eran ser elector en las presidenciales, aportar 2€ y firmar un manifiesto en apoyo a los valores del partido. Y ello se reflejó en un altísimo nivel de participación. Varios millones de franceses acudieron a las urnas, algunos de los cuales ni siquiera eran afines ideológicamente a los candidatos o al propio partido.

Según las predicciones, los finalistas para la candidatura serían Juppé y el propio Sarkozy. Fillon, el otrora líder del ejecutivo de este último, aparecía como la alternativa más fuerte a ambos. Al final no solo no fue la tercera opción, sino que lideró el resultado final. Anoche, a falta de menos del 20% de mesas por escrutar, Fillon había obtenido el 44% de las papeletas, más del doble de las que se le auguraban. Inmediatamente por detrás suya, acabó el gran favorito, Juppé, con un 28% de los votos. Sarkozy se quedó lejos de entrar en la segunda vuelta tras obtener aproximadamente un 21%. El resto de candidatos (Konciusko-Morizet, Le Maire, Poisson y Copé) ni siquiera pasaron de un 5%.

El domingo próximo se aclarará por fin el nombre del candidato definitivo. Será un cara a cara entre Juppé y Fillon. Antes, este mismo jueves, ambos estarán frente a frente en el último debate antes de la crucial elección. El ganador parece destinado a ser el rival de Marine Le Pen de cara al Elíseo el año próximo.

El adiós de un expresidente

Por su parte, la derrota de Sarkozy se ha convertido en un epílogo frustrado de su trayectoria. Ayer mismo, el político de 61 años anunció su salida de la vida política tras reconocer el amargo trago. Después de ser uno de los hombres destacados en los 17 años consecutivos de los conservadores en el poder, la derrota lo condenaba al ostracismo. De nada sirvieron su larga carrera ministerial al servicio de Chirac ni su experiencia como presidente. Ya perdió en 2012 ante Hollande y el Partido Socialista. Esta vez, ni siquiera será el representante de su partido. 

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