No fue el inicio soñado. Las Series Mundiales son un torneo largo que requiere de constancia y regularidad, y es por ello por lo que la selección española no ha de preocuparse en exceso por el balance negativo con el que se va de Dubai. Dos derrotas y una victoria en un día muy intenso, en el que algunas jugadoras que habían disputado la eliminatoria directa de rugby a quince por entrar al Mundial, parecieron algo desgastadas física y mentalmente.

España comenzó con mal pie, encajando una contundente derrota contra Inglaterra. El equipo isleño fue muy superior de principio a fin, y tan solo un ensayo de Anne Fernández en el tramo final del partido, pudo salvar el honor de unas leonas heridas. El resultado final fue de 31-7 en favor del equipo británico, en el que brilló Brennan.

La dinámica negativa continuó en el enfrentamiento contra Canadá, equipo muy veloz y potente. España no tuvo argumentos para frenar las incisivas jugadas de las norteamericanas, y a pesar de acercarse en el marcador con un ensayo de Patricia García que ponía el 15-7, las nacionales no tuvieron la frescura necesaria para voltear el marcador y terminaron perdiendo por 27-7.

En el partido que cerraba la jornada, España se repuso a un inicio negativo ante Brasil. Araujo ensayó para las sudamericanas, pero pronto las leonas reaccionaron gracias a un gran juego. Patricia García fue el motor de un equipo que carburó a la perfección merced a la intensidad y acierto de las españolas. El resultado final fue de 21-5.

Sabor agridulce con el que se va la selección nacional de seven del primer asalto de las Series Mundiales. Mucho habrán de cambiar las cosas si se quiere competir contra las mejores con garantías de poder jugar de tú a tú y buscar un salto cualitativo.