Lo que se antojaba como un sueño ha terminado siendo una pesadilla. Esto se puede aplicar al torneo en general, pero también a cada uno de los partidos disputados por el XV del León. Alarmante y exagerado contraste en el nivel de los españoles en las segundas partes respecto a las primeras. Si se excluyeran los últimos 20 minutos de todos los partidos, los leones habría finalizado segundos el campeonato. El rugby no es ciencia ficción, y se requieren 80 minutos de intensidad. España ha tirado todos sus partidos en los compases finales de los encuentros, algo de difícil explicación, y que se ha analizar desde el punto de vista físico y mental.

Tras caer ante Rusia y Rumanía en partidos realmente emocionantes, y ser apalizados por Georgia, España buscó consuelo en los débiles. Portugal levantó algo la moral a los españoles, pero el empate ante Alemania es un claro síntoma de las desconexión total de España después de las decepciones en Sochi y Madrid. Toca reflexión y reestructuración, para preparar a conciencia el Campeonato de Europa de Naciones de 2017 y 2018, en el que se dirimirán las plazas mundialistas.

Falta de frescura en el ataque español

Campo embarrado, falta de motivación y tremendo vigor en el juego teutón. Fueron los ingredientes de un partido realmente gris, y que se puede calificar como uno de los peores encuentros disputados por el XV del León en los últimos años. Nerviosismo, falta de precisión, errores y mucho juego de los delanteros durante una primera parte farragosa, en la que tan solo los pateadores dieron algo de luz.

El ensayo de Auzqui en el minuto 34, dio esperanzas a los españoles de solventar el partido, y abrió un halo de luz en la oscuridad. España incrementó su intensidad en los compases iniciales de la segunda parte, y Griffiths logró otro golpe de castigo convertido que ampliaba la ventaja de España, y ponía un 9-17 que parecía definitivo.

Alemania mantiene la categoría y desciente Portugal

Sin embargo, el drama volvió a mascarse en los últimos 20 minutos de partido, en los que los leones se convirtieron en cervatillos, diluyéndose por completo su juego en ataque y defensa. Contardi fue expulsado en el 70, lo que no hizo más que incrementar las dudas de los españoles, acogotados por sus rivales. Los teutones lograron equilibrar el marcador con un ensayo en el 76, y no se llevaron la victoria por un desacierto de Parkinson en la conversión.

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Sobre el autor
Diego Jiménez Rubio
Fui Coordinador General de Más Deportes y Viajes, y miembro del Consejo de Dirección de VAVEL España. Me encanta comunicar mi pasión por el turismo y el deporte, y hacerlo con responsabilidad y profesionalidad.