Psicología aplicada al deporte (II): la importancia del liderazgo
Psicología aplicada al deporte (II): la importancia del liderazgo

"El hecho de ser líder implica el ayudar a otras personas a encontrar el propio norte de sus vidas y a recorrer el camino para conseguirlo. El liderazgo no tiene nada que ver con conducir ciegamente a las personas en función de la visión del líder, sino en des-cubrir la visión dentro de cada persona, y en ayudarles a recorrer el camino que lleva a ella", Profesor Hugo Landolfi, Director de la Escuela de Filosofía Aplicada para la Excelencia del Ser Humano.

Un 25 de mayo de 2005. El 'Spanish Liverpool', comandado por Rafael Benítez, llegaba al estadio Atatürk (Estambul), con la idea de conquistar la Liga de Campeones, ante el Milán de los Kaka, Pirlo, Maldini o Inzaghi entre otros. Las esperanzas inglesas pronto se derrumbaron, al tempranero gol de Maldini, le siguieron otros dos tantos de Crespo. Todo ello en el primer tiempo. Abatidos, desmotivados y sin confianza en sí mismos. Así entraron los jugadores del Liverpool al vestuario al término de los primeros 45 minutos. Surgió entonces una figura legendaria del fútbol inglés, Steven Gerrard. El capitán, el líder. Una personalidad única, que cumpliría fácilmente los requisitos que la mayoría de la gente pide para ser un líder.

Un servidor no tuvo la fortuna de estar presente en ese vestuario, pero las dudas se desvanecen por completo al afirmar que él fue el hombre. Él hizo posible, junto a Rafael Benítez, la espectacular remontada vivida en esa final en Turquía. Supo transmitir a los suyos lo necesario, y su equipo lo captó y se convenció porque los fenómenos psicológicos del liderazgo estaban haciendo su efecto. El líder dirigió a los suyos al triunfo.

Lo primero que pensamos al escuchar la palabra líder es superioridad. Lo asociamos inmediatamente a un elemento destacado dentro de un grupo homogéneo. El presidente de una determinada asociación, el que lleva la voz cantante en un grupo de amigos, el que tiene más peso en la toma de decisiones dentro de una familia...en definitiva, el que tiene el poder de influir en el grupo de manera importante.

Hay múltiples definiciones de líder, si bien la que mejor encaja en el ámbito deportivo es la siguiente: ser líder significa tener poder o ejercer influencia sobre otros (en este Ser líder es tener la mayor capacidad de influir en el grupocaso, un grupo, un equipo) de tal forma que se modifiquen sus creencias, pensamientos o conductas, con el objetivo de cumplir una meta. A su vez, cabe distinguir entre dos tipos de líderes: los formales y los informales. Los primeros son los que ocupan una posición de poder o autoridad dentro de una estructura jerarquizada. Un ejemplo podría ser el capitán de un equipo, o el entrenador. Suelen tener la capacidad de imponer sanciones o de otorgar recompensas. En el caso de los líderes formales, capacidad y habilidad no tienen por qué ir unidos. Es decir, un entrenador puede tener la capacidad de influir, debido a su Un líder formal no tiene por qué tener habilidad para liderarstatus, aunque sea completamente nulo (no tenga habilidad) para hacerlo. Un líder informal, sería aquel que, formando parte del grupo y sin tener una posición de superioridad, es capaz de influir en el mismo. Imaginemos un miembro de un equipo cualquiera, que ni es capitán ni entrenador, y sin embargo tiene la habilidad de influir en el grupo, bien sea por su personalidad, experiencia o cualquier otro factor.

Es importante no confundir la figura de capitán con la de líder. Un capitán no tiene por qué ser un líder, y un líder no siempre es el capitán. Sería beneficioso, sin embargo, que Un capitán no tiene por qué ser un líder, y un líder no siempre es el capitánambas figuras se solapasen. Es decir, que aquel que tuviese un mayor poder sobre el grupo fuese el capitán. Sin embargo, encontramos múltiples ejemplos en diversos equipos donde el capitán es simplemente el jugador con más temporadas en la plantilla. Un error que muestra desconsideración hacia los aspectos psicológicos del deporte, sobre todo en el fútbol, donde el capitán habría de ser a su vez un ejemplo para sus compañeros sobre el campo.

Los tipos de liderazgo y sus consecuencias sobre el grupo

Según la clasificación de French y Raven (1959), se contemplan cinco tipos de liderazgo:

- El liderazgo por derecho: ocurre cuando a un miembro del grupo se le da derecho a influir sobre los demás, y se obliga al grupo a aceptarlo. Algo impuesto. Imaginemos un equipo de baloncesto que no ha sufrido muchos cambio en su plantilla en los últimos años. El entrenador, que llega procedente de otro equipo, decide traerse con él a un jugador que considera clave, y comienza a organizar el juego del equipo en torno a ese hombre. Es de suponer que el resto de la plantilla no ha generado ningún tipo de implicación con ese nuevo líder, que ha ganado peso en el equipo porque su entrenador así lo ha decidido. Lo ha impuesto, y obliga al resto a aceptarlo como tal, teniendo en cuenta que sus opiniones tendrán más peso en el grupo que la del resto de sus compañeros.

- El liderazgo por competencia o poder de experto: el grupo toma por líder al que, se cree, tiene más conocimientos sobre una materia determinada. El poder del veterano, sus opiniones son más tenidas en cuenta de las del resto de los integrantes. Es algo que ocurre también en la vida cotidiana, cuando correlacionamos vejez con sabiduría.

- Liderazgo por identificación: es el que más connotaciones psicológicas tiene. Se toma por líder aquel a quien se admira, con quien uno se identifica. Es el más poderoso de los cinco tipos, y el más difícil de conseguir. Aquel líder que lo sea por identificación, tendrá una gran capacidad de influir en el grupo, y de dirigir al mismo a la meta. Estaríamos ante un líder 'ideal' si se dan dos condiciones: que su personalidad sea favorable para lograr los objetivos del grupo, y que un gran número de dicho grupo se identifique con él.

- Liderazgo por castigo: el líder lo es porque tiene la capacidad de castigar. Un ejemplo podría ser el entrenador de determinado equipo, siendo esta la única voz autorizada en el vestuario, y castigando a aquel miembro del grupo que no acepte las directrices marcadas.

- Liderazgo por recompensa: un miembro del grupo es considerado como líder debido a las ventajas -en este caso deportivas- que puede provocar en el equipo. Imaginemos un equipo de balonmano, que toma por líder a aquel jugador con más capacidad, el mejor.

Independientemente de cuál sea la razón por la que un líder es tal, puede desarrollar un estilo u otro de liderazgo. Pese a que no hay un estilo de liderazgo igual, de la misma manera en que no hay una personalidad igual a otra, estos estilos se reducen a tres grupos: autoritario, democrático y 'Laissez-Faire' (dejar hacer). Pese a que rápidamente tendemos a asociar estilos con tipos (el liderazgo por castigo con autoritario, o por identificación con democrático), no existe una correlación clara entre un elemento y otro, aunque sí que es cierto inferir que puedan complementarse más fácilmente. De esta manera, un líder por derecho puede ejercer, perfectamente, un estilo 'Laissez-Faire'.

El liderazgo autoritario

Un lider autoritario, como su propio nombre indica, es aquel que dicta las normas y exige su cumplimiento, si dar opción al debate. La participación del resto de grupo se reduce al mínimo, y su principal función es llevar a cabo las tareas o mandatos que exija su líder. ¿Qué genera este tipo de liderazgo en el grupo? Suelen aparecer sentimientos de frustración o agresión. El individuo no se siente cómodo ante las reglas adoptadas, y la obligación de cumplimiento genera dicha frustración. De ello se puede Ante un liderazgo autoritario, el rendimiento es muy al alto al comienzo, y desciende con el paso del tiempoderivar cierto desinterés y apatía, que ayudan a reducir la frustración. Así, podemos encontrarnos una situación como la siguiente. Un líder autoritario aparta del equipo a un jugador, por no cumplir una función determinada en un partido. Ante la imposibilidad de negociar una solución, el individuo genera frustración. Las personas no estamos 'diseñadas' para soportar sentimientos como la frustración o la ira durante demasiado tiempo, por lo que es probable que ese sentimiento se transforme rápidamente -al cabo de pocas semanas- en un desinterés, esto es, el jugador ya no se siente parte de ese grupo, y desea abandonarlo. Los triunfos o derrotas del equipo ya no le afectan anímicamente, porque su mente no está puesta en ese grupo.

El rendimiento ante el liderazgo autoritario: Al principio se registra un gran rendimiento. El equipo suele ofrecer un nivel muy alto de competitividad en un comienzo, tratando de agradar a un líder que ha llegado con el respeto de serie. Los equipos con líderes autoritarios suelen tener buenas actuaciones en las primeras temporadas o primeros partidos. Sin embargo, con el paso del tiempo el rendimiento se va haciendo menor, debido a la cantidad de frustraciones y reacciones defensivas que van surgiendo.

El liderazgo democrático

Es el considerado, por muchos autores, como el ideal. En este estilo, las normas no se imponen, si no que se discuten. Las decisiones se toman en grupo, si bien es el líder el que tiene mayor peso en la decisión, aunque su rol sería de orientador. No se suelen repartir tareas individuales, y sí grupales. El líder trataría de proponer una serie de pasos para lograr el objetivo (qué deberíamos hacer para ganar el partido, cómo podríamos reaccionar ante tales comentarios de la prensa, cómo afrontar la temporada). Un factor Diversos autores coinciden en señalar en que es el modelo que mejores resultados ofreceimportante de este estilo, es que el líder, a diferencia del autoritario, trata de actuar como un miembro del grupo, y generalmente es aceptado como tal. La posición de superioridad desaparece -o parece desaparecer-. Se genera una gran conciencia de grupo, y es aquí donde surgen dos conceptos clave: implicación e identificación. El primer concepto se refiere al compromiso de un individuo para con los objetivos del grupo. El segundo, el grado en que el individuo se percibe como parte de ese grupo.

La función del líder sería asegurar la implicación e identificación de todos y cada uno de los miembros con el grupo. A más implicación, más esfuerzo para conseguir una meta (más esfuerzo para ganar un partido), y a más identificación más preocupación por el bien del grupo. Así se podría conseguir, entre otras cosas, que un jugador acepte mejor una suplencia, si percibe que es para el bien del grupo.

El rendimiento ante el liderazgo democrático: Los resultados iniciales no son excesivamente buenos, debido a dos razones. La primera de ellas es que puede haber jugadores que no alcance el nivel de implicación necesario, o que no reaccionen si no es por imposiciones. El segundo, es que generar una conciencia de grupo (concepto clave en el liderazgo democrático) conlleva mucho tiempo. Ni días, ni semanas. Sin embargo, múltiples autores señalan que el rendimiento a medio y largo plazo es el mejor de los tres estilos.

El liderazgo 'Laissez-Faire'

Posiblemente el menos productivo de los tres. Los resultados son bajos desde el principio, y no mejorarán a no ser que otro líder se instare ante la pasividad del primero. No se interviene en la dinámica del grupo y se deja total libertad a los jugadores del equipo, sin pautas. Ante un grupo desorganizado, surgirán grupos más pequeños dentro del grande.

El rendimiento: el líder se limita a cumplir los mínimos exigidos. No se implica con el grupo, no pasa a formar parte de él y no se generará una conciencia de grupo. Es realmente una conducta de 'no liderazgo'.

¿Existe el liderazgo perfecto?

Ante la pregunta de si existe el liderazgo modélico, esto es, aquel que aplicado en diversos grupos siempre genere grandes resultados, la respuesta es 'no'. Sí es cierto, que determinadas pautas o estilos de liderazgo son favorables al rendimiento, aunque esto no tiene porque ser así en todas las situaciones. La clave está en el grupo. No todos son iguales, y de sus características dependerá que se adapten mejor a un tipo de líder u otro. El peso de la cultura es un factor a tener muy en cuenta. Un buen líder en un equipo europeo, puede que no lo sea tanto en uno americano. Concluímos que a mayor homogeneidad en el grupo, y a mayor concordancia del líder con ese grupo, más cómodo se hará el liderazgo.

La psicología social siempre ha mostrado un gran interés en el estudio de determinadas variables que pudieran correlacionar con un buen liderazgo. Así, variables como la inteligencia se han tenido muy en cuenta, llegando a la conclusión de que los líderes suelen tener una inteligencia media superior al resto del grupo, y que esto beneficia al La autoconfianza, el optimismo o el equilibrio personal influyen positivamente en la capacidad de liderarmismo siempre y cuando las diferencias no sean excesivas. En cuanto a la personalidad, se concluye que variables como la autoconfianza, el optimismo, el equilibrio personal o el ingenio influyen positivamente en la capacidad para liderar. Por otra parte, las características físicas (edad -que no veteranía-, sexo, altura o complexión física) no influyen en la elección del líder, o en la capacidad del mismo para sacar el máximo rendimiento. Por último, algunos estudios destacan la importancia de los valores éticos y morales para gestionar un grupo de manera eficiente, y mantener la cordialidad dentro del mismo.

Psicología aplicada al deporte (I): el efecto pigmalión

Fotografía 1 (Mundo Deportivo), Fotografía 2 (bojan8barca.tumblr.com), Fotografía 3 (Heraldo), Fotografía 4 (22redsox)
Fotografía 1 (Mundo Deportivo), Fotografía 2 (bojan8barca.tumblr.com), Fotografía 3 (Heraldo), Fotografía 4 (22redsox)

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