Crítica de "La sonata del silencio": apuesta de estilo reconocible
Escena de "La sonata del silencio" en su primer capítulo. Foto: rtve.es

Si algo bueno tiene el mes de septiembre es que la vuelta a la rutina acarrea también la renovación en la parrilla televisiva y ésta, en ocasiones, trae sorprendentes y buenas noticias. Tras el tedio televisivo estival, toda serie mínimamente trabajada merece el aplauso del gran público y a "La sonata del silencio" si hay algo que no le falta es trabajo, pero también talento. Ésto último es lo que convierte a la ficción española en una serie de referencia para el nuevo curso.

Fiel al libro de Paloma Sánchez-Garnica, el triste y peligroso Madrid de los años 40 inunda el televisor de un público que reconoce en esta ficción el estilo clásico de Televisión Española. Tras lanzarse a la piscina y romper estereotipos con "El Ministerio del Tiempo", la cadena pública apuesta una vez más por una serie de concienciación histórica y crítica social. Las desaparecidas "La señora", "El tiempo entre costuras" o incluso "Gran Reserva" y "Herederos" circulaban en la dirección a la que parece dirigirse la nueva serie de Televisión Española, que tiene en el público femenino de mediana edad a su principal público potencial.

Un reparto muy prometedor

Los actores son una garantía de éxito, o al menos, de calidad. Sobre gustos no hay nada escritos pero el papel de Marta Etura promete catapultar a la actriz donostiarra a un estatus superior. Mujer sufridora y adelantada a su tiempo que se ve frenada por la moral del régimen franquista, se verá sometida a constantes pruebas y desafíos, tanto en el argumento de la serie como en su interpretación como actriz.

Marta Etrura toca el piano en el primer capítulo. Foto: rtve.es
Marta Etrura toca el piano en el primer capítulo. Foto: rtve.es

La evolución de Noriega y Perea en sus papeles puede marcar el éxito de la serie

Daniel Grao regresa a la pantalla con su semblante serio e interesante, acaparando los focos y sabiendo manejar bien los tempos de la ficción, erigiéndose ya en un clásico de las series nacionales. Los que dejaron a los espectadores algo fríos en el primer capítulo pero prometen emociones fuertes, fueron Eduardo Noriega, encarnando a un exitoso empresario de la época, y Fran Perea, juez que desempeñará un papel clave en la trama. Ambos habrán de reinventarse al no ser habituales en los tipos de papeles que ostentan en esta ocasión.

La ambientación histórica es destacable

De una factura técnica exquisita en lo que a iluminación, vestuario y escenario se trata, "La sonata del silencio" busca encandilar a un público culto, interesado en desentrañar las claves de un Madrid contaminado por el estraperlo, la corrupción y los abusos de poder, en el que el espionaje era pan de cada día. Sin efectos especiales, violencia ni artificios, esta serie es capaz de sumergir al espectador en un ambiente realmente evocador.

Escena del primer capítulo de La sonata del silencio. Foto: rtve.es
Escena del primer capítulo de La sonata del silencio. Foto: rtve.es

Los primeros planos resultan algo excesivos durante algunos tramos

Se corre el riesgo de un excesivo maniqueísmo con algunos personajes así como con el abuso de personajes grises y abonados al tabaco como compañero inseparable, cayendo en tópicos algo manidos. Sin embargo, los ocho capítulos que quedan por delante se vaticinan vibrantes y en ellos habrá de solucionarse el futuro de una familia a la que la postguerra obligó a ponerse el mono de trabajo, y en la que la figura de Marta Etura brilla con luz propia.

Una serie que arriesga en la técnica pero asegura en el argumento, y que tiene en sus actores el mejor aval posible. Así es la nueva ficción de Televisión Española que aspira a mantener pegada al televisor en la noche de los martes, a un amplio espectro de audiencia. Una audiencia fiel a la televisión pública.

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