Cuando la ficción muta en realidad: de Waldo a Trump
Montaje: Carlos Martínez

"Se trata de dar guerra y estar en el recuento". Esta es una de las frases que se pronuncian en el guion del tercer episodio de la segunda temporada de la serie Black Mirror. Este capítulo lleva por título El momento Waldo y narra la historia de un oso animado al que pone voz un cómico, sin mostrar su identidad, que se presenta a las elecciones para recorrer un camino electoral que le llevará a plantar cara en la lucha por la presidencia.

Charlie Brooker puso sobre la mesa una crítica a la política actual con un caso que por entonces parecía futurista y poco probable. Sin embargo, años después de su estreno, se ha comprobado que esta serie vuelve a situarse en nuestro presente. Con la victoria de Donald Trump se hace imposible no recordar el viaje electoral de Waldo. Lo que comenzó con una situación más cercana a la comedia que a la política, acabó por ser una fuerte opción de voto para millones de personas. Una realidad.

Dijo en su momento el escritor estadounidense de tecno-thrillers y novelas policíacas de tema político, Tom Clancy, que la diferencia entre ficción y realidad es que la ficción tiene más sentido. Y poco se equivocó en esta reflexión. Cuando la lógica apuntaba a que la candidata demócrata Hillary Clinton se haría con la presidencia de la mayor potencia mundial, llegó Trump reconvertido en aquel personaje patriótico y con aires de tiranía para hacerse con el poder.

El pueblo votó sin atender a consecuencias en la ficción de Broker y ahora el pueblo estadounidense ha votado en la más cruda realidad para dar un resultado ficcional. En El momento Waldo, el personaje comentaba en los últimos compases del episodio a los ciudadanos que no le votasen, que votarle era un insulto y que apostar por él sería tirar el voto. Las apariencias en muchas ocasiones hacen que no se reflexione sobre lo que contiene el interior de estas y el efecto Donald Trump ha propiciado que su imagen haya sido interiorizada por muchos ciudadanos antes que su interior y las consecuencias que su nombramiento y posteriores actuaciones pueden producir en todo el mundo.

"No defiende ninguna causa, pero al menos no finge hacerlo". Esta es otras de las frases que los encargados de dar voz y personalidad a Waldo se cuestionaban en el mencionado capítulo. Cuando Donald Trump inició su campaña, las probabilidades de llegar al poder eran escasas. Igual de improbable se planteaba en Black Mirror el hecho de que un personaje electrónico llegase con posibilidades serias de hacerse con el poder a la votación final. Pero cuando algo aparece como una broma distendida entre tanta seriedad y estancamiento político, sus adeptos pueden llegar a crecer de manera exponencial hasta catapultar a su nuevo ídolo a lo más alto.

El pensamiento es la semilla de la acción y causa terror observar la facilidad con la que el ser humano acostumbra a ejecutar sus pensamientos en acciones tan importantes como la ejecución de su derecho al voto. El capítulo de Black Mirror acaba con un futuro negro próximo que conduce a la distopía. Solo queda esperar para ver que consecuencias tienen nuestros actos en la realidad.

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