Telecinco: 25 años de grandes historias de amor
Diana Palazón y Antonio Zabálburu daban vida a Laura y Javi en 'Hospital Central' (Foto: 20 minutos)

En un mes en que sopla 25 velas, Telecinco ha demostrado que goza de una más que buena (yo diría envidiable) salud. La cadena veterana de Mediaset alcanzaba en febrero el liderazgo por sexto mes consecutivo. Y es que durante todo un cuarto de siglo se ha mantenido fiel a su apuesta por la ficción y el entretenimiento generando amor y odio a partes iguales, “un modelo tan rentable como criticado”, al que aludía David Redondo para conmemorar su aniversario en la SER.

La veterana cadena de Mediaset celebra su aniversario como líder absoluta en audiencia

Pero si nos centramos únicamente en el amor, son muchas las historias que, aunque ficticias, nos han mantenido con el culo pegado al sofá durante temporadas enteras. Aunque ni de asomo puedan contarse con los dedos de una mano, intentaré hacerlo en estas líneas. Discúlpenme desde ya por la simplificación; también por la ausencia de importantes rostros de aquellos años en que la cadena iniciaba su andadura, pero yo soy algo más joven que Telecinco y no sería justo opinar de historias de las que no fui testigo.

Cronológicamente hablando, a mí (y creo que no soy la única) me conquistaron Javi y Laura. En una serie que duró la friolera de doce años no extraña que, al final, todos hubiesen compartido cama con todos. Javier Sotomayor (Antonio Zabálburu) tuvo largas relaciones sentimentales con otros personajes como Mónica (Bea Segura), una enfermera del SAMUR; o la doctora Raquel (Begoña Maestre).

Ninguna otra novia del doctor Sotomayor pudo igualar a la tan querida Laura Llanos

No obstante, la que más caló en los que seguimos las tramas de Hospital Central durante más de una década fue la que mantuvo con Laura Llanos (Diana Palazón). De hecho, su despedida sacó más de una lágrima a aquellos fieles espectadores que, pese a las idas y venidas de la pareja, siempre tuvieron la esperanza de que Javi y Laura acabasen juntos.

Después llegaron Marcos y Eva, dos hermanastros condenados a compartir casa, clase, amigos… y un romance imposible. La química entre ellos surgió a destiempo y en contra de la voluntad de sus padres, dos grandes de la interpretación como Belén Rueda y Antonio Resines. De hecho, Fran Perea y Verónica Sánchez traspasaron los límites de la ficción y durante algún tiempo se convirtieron en pareja detrás de las cámaras.

Tres generaciones Capdevila-Serrano se enamoraron en la pequeña pantalla

Su salida de la serie dejó un vacío que, muy dignamente, pudieron llenar Teté y Guille, la siguiente generación Capdevila-Serrano. Sin embargo, ningún capítulo de las últimas temporadas pudo igualar a aquellos momentos únicos que nos regalaron el primogénito de la familia de taberneros y su chica “de la habitación de al lado”. El amor entre ambos fue una de las grandes ‘bazas’ de esta magnífica serie que, a mi entender, no debería ser recordada por un final que no supo estar a la altura.

Pero si la cosa va de amores imposibles, el de Amaia Salamanca y Miguel Ángel Silvestre encabezaría un potente ranking. Se dice que nadie elige de quien se enamora, y eso Cata y ‘El Duque’ lo comprobaron en sus propias carnes. ¿Qué ocurre cuando se juntan una humilde chica de barrio y el narcotraficante de turno? Según los creadores de Sin tetas no hay paraíso, esas historias no acaban nada bien. Pese a todo, antes de su trágico final la voz ronca de Rafael Duque nos hacía una reveladora confesión: “Me arrepiento de muchas cosas, pero no cambiaría por nada del mundo un último amanecer al lado de ella”.

Y llegaron otros. Por el madrileño barrio de Esperanza Sur se pasearon multitud de rostros, pero ninguno como el de los actores Paco León y Melani Olivares. Con unos pasados turbulentos, aunque narrados siempre en clave de humor, sus personajes estaban destinados a encontrarse.

Melani Olivares, sobre el final de Aída: "Me voy muy tranquila dejando a Paz con Luisma"

No faltaron las trabas, eso es cierto. Sin embargo, tras más de nueve años en antena, estos vecinos con tanta vida por delante se merecían un final más que digno. Así lo detalló Julián Sastre, guionista y productor ejecutivo de Aída: “había presión con el cierre, pero no por parte de la productora o de la cadena; era algo autoimpuesto. Millones de personas llevaban años viéndonos y sentíamos que no podíamos fallarles. Barajamos muchas ideas pero teníamos claro lo fundamental: que Luisma y Paz debían acabar juntos”.

La última pareja de esta lista, y también la más reciente, la conforman dos actores de moda: Hiba Abouk y Álex González. El primer encuentro de este dúo en pantalla convirtió a El Príncipe en el estreno más visto de Telecinco desde el inicio de Aída (enero de 2005). Que se dice pronto. La suya es la historia de amor entre dos culturas que no pueden ser más diferentes, salpicada asimismo de un sinfín de muertes, mentiras y verdades a medias.

Fátima y Morey viven un amor imposible en este conflictivo y ya popular barrio ceutí

El desenlace de Fátima Ben Barek y Javier Morey ya está escrito. Pero apenas lo conocen los creadores y guionistas de esta excelente ficción. Sin embargo, era justo mencionarlos: primero, por eso de dejar ‘la puerta abierta’ a un posible final feliz entre tantos amores truncados; segundo, porque pondría la mano (con los mismos dedos con lo que ahora cuento) en el fuego y no me quemaría si digo que esta pareja será (merecidamente) recordada cuando transcurran otros 25 años.

Nada más. Viva Telecinco, y con él la ficción española por emocionarnos tanto.

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