En ese entonces, Roddick dominaba el escalafón del tenis mundial, las figuras de Ferrero, Agassi, Coria y hasta el propio Rainer Schüttler se repartían el resto del pastel. Por su parte, Roger Federer conseguía su primer Gran Slam venciendo al australiano Philippoussis en la catedral del tenis. 
 
El suizo era otra persona. En su imagen, lejos se encontraban las playeras tipo polo, portar relojes Rolex al término de cada partido mientras que perduraba su pelo recogido en una coleta de caballo.
 
Diez años después, el ucraniano Stakhovsky realizó lo impensable y puso a los hombres de la estadística a desempolvar los anaqueles para encontrar la última vez que el tenista más exitoso de la historia cayó en la primera semana de un Grand Slam.
 
 "Lo encontramos señor", replicó un extenuado hombre de lentes. El Expreso Suizo no caía antes de los cuartos de final de un grande desde hace 36 ediciones.
 
La estruendosa derrota de Rafael Nadal en la primera ronda fue el primer golpe para Wimbledon puesto que le siguieron los retiros de Azarenka, Cilic, Tsonga y hasta el propio verdugo del Matador, Steve Darcis. Además, el segundo golpe directo al tabique nasal fue la pronta despedida de Maria Sharapova ante la portuguesa Debrito.
 
Sin embargo, la caída del helvético representa una estocada limpia y directa al corazón de los organizadores de Wimbledon quienes sufrirán una hemorragia económica que solamente el local Andy Murray podría lograr parar con gasas y algodones si llegase a levantar la copa.
 
26.06.2013. Una fecha que quedará grabada en la mente de los bardos del deporte blanco. El miércoles que el tenis volvió a ser para los humanos porque si la culpa fue de Rafael Nadal, la caída de Roger Federer roza el pecado capital.
VAVEL Logo
Sobre el autor
Alan Núñez
Mexicano de nacimiento, poblano de corazón. Director General de VAVEL México. | The Big Apple. Editor-in-Chief of VAVEL USA.