La historia de esta nota gira en torno a la figura del croata Željko Franulović, ex tenista recordado principalmente por haber alcanzado la final de Roland Garros en 1970 donde cayó a manos del checo Jan Kodes.

Tras su retiro, Franulović demostró tener cualidades para el tenis que no se ve, es decir, la organización y estructuración de los eventos que nutren semanalmente al deporte blanco en las latitudes del globo terráqueo. Un vertiginoso ascenso le dio la posibilidad de sentarse en 1990 en la silla de la vicepresidencia de la ATP en Europa. 

Más tarde, la capitanía del equipo croata de Copa Davis llegó a sus manos. Con cuatro años a la cabeza, Franulović cuajó cuatro series ganadas por tres perdidas. El antojadizo destino le cambió, nuevamente, la sudadera y raqueta por traje y corbata. El nacido en Split se estableció como director de diversos torneos como Frankfurt, Ginegra y Zagreb.

No obstante, la directriz del mejor torneo con el permiso de la catedral parisina, según los actuales tenistas, ha sido el bastión del croata. El Monte-Carlo Rolex Tennis Master es uno de los nueve torneos más importantes del mundo, con un prize money de más de 2 millones de dólares. Este evento abre la temporada de arcilla, reuniendo cada año a los mejores jugadores del planeta en una de las más bellas del mundo del club de tenis de ancho. Con sus pistas de tenis situados en terrazas que sobresalen por el mar Mediterráneo, ofrece el más increíble panorama del principado de Mónaco.

Franulovic demandó a la ATP consiguiendo su objetivo: Montecarlo no se toca.

Pero, la Asociación de Tenistas Profesionales trató de quebrantar el magnoevento de Mónaco en 2007. La ATP había fraguado un plan para suscitar cambios en su calendario de torneos en tierra batida para el 2009, el cual constaba en reducir los tres eventos de la Serie Masters - Hamburgo, Montecarlo y Roma - a uno previo al Abierto de Francia.

Por ende, la bolsa de premios y el estatus del torneo de la Riviera francesa besarían el suelo. Con lo que no contaba la ATP era con el retorcido colmillo de Franulović y es que años de experiencia y vivencias al frente de la ATP no fueron en vano.

"Hoy es un día triste para el tenis cuando nos vemos obligados a tomar acciones legales en contra de nuestro propio cuerpo representativo en un intento por evitar la destrucción de más de 100 años de historia del tenis para su propio beneficio económico y en detrimento de los aficionados de tenis, jugadores, organizadores de torneos y patrocinadores", fueron sus palabras en 2007.

El ex jugador cabildeó con su similar de Hamburgo y, en una acto de amparo, demandó a la ATP. La presión creada por los jugadores europeos sobre la decisión de rebajar uno de los mejores torneos del tour hizo mella en las oficinas de la asociación, la cual se vio obligada a recular dejando intacto el prize money y categoría del Monte-Carlo Rolex Masters.

Hasta la fecha, Željko sigue sonriendo.