Más de 500 victorias en el circuito de dobles donde llegara a ocupar el 23 de agosto de 1977 el cuarto puesto en el ranking mundial. 60 títulos, 54 de ellos en la modalidad por parejas donde Fred Stolle y Frew McMillan posteriormente, lo acompañaron en sus periplos alrededor del globo. Conquistó todos los Grand Slam en esta disciplina -15 en total- y fue uno de los mejores doblistas de los años sesenta y setenta. Profesional desde 1960 se alejó de las pistas como jugador para comenzar una nueva etapa como entrenador.

El 15 de marzo de 2011 Bob Hewitt recordaba viejos tiempos visitando el Paramount Tennis Club de Dubbo; la ciudad australiana que lo vio nacer -posteriormente se nacionalizó sudafricano-. “Cuando estaba en Dubbo solía jugar a todos los deportes pero primero amaba el tenis”. Históricos como Lew Hoad, Ken Rosewall o George Worthington, entre otros, fueron su fuente de inspiración. “Venían aquí y solíamos sentarnos en las tribunas…Solo los observábamos”. Bob decía sentirse encantado de mostrarle a sus hijos los alrededores de Dubbo: “Solo quiero enseñarles un poco de la historia del “viejo” Bob Hewitt” recogía el Daily Liberal. Sin embargo, la historia de Bob Hewitt tenía un trasfondo encubierto.

El antes y el después en la vida de Bob Hewitt

El 28 de agosto de 2011 el rotativo The Boston Globe sacaba a la luz los testimonios de Suellen Sheehan una de las alumnas del tenista sudafricano ya reconvertido a entrenador. “Llevo intentando desde hace 30 años volver a mi vida de antes. Todavía no me he recuperado”. En el año 1979 con tan solo 10 años de edad sufrió en sus carnes la angustia de un trauma para el resto de su vida. Gina Read declaraba: “Estaba devastada entonces y sigo devastada ahora”. Heather Crowe Conner recordaba su 1976 particular: "Me dijo que no podía decírselo a nadie o él se metería en problemas”. Nicole Gold también fue una de ellas.

Cuatro mujeres, cuatro historias con un denominador común. No fueron las únicas. Se cree que hasta una docena de ellas, entre Sudáfrica y Estados Unidos, fueron víctimas de supuestos abusos sexuales por parte del excampeón. Hewitt, con quien este mismo diario norteamericano intentó concertar una entrevista alegaba: “No voy a decir nada. No quiero hablar sobre ello”.

Mark Stenning: “Su legado se suspende de existencia en el Salón de la Fama”

El presunto escándalo le costó la expulsión provisional del Salón de la Fama del tenis en noviembre de 2012 justo cuando se cumplía el vigésimo aniversario de su entrada. Mark Stenning, director ejecutivo del Salón de la Fama afirmaba a The Associated Press que si el extenista lograba salir absuelto de su cargo, se le devolvería su lugar en el museo de leyendas. “Su legado se suspende de existencia en el Salón de la Fama” aseveraba el máximo mandatario.

Las semejanzas con otro campeón de Grand Slam

La historia de Bob Hewitt se asemeja, en parte, a la de Bill Tilden, leyenda del tenis americano de los años 20. Aquel tenista venerable dentro de la pista ensombreció su carrera tras ser arrestado el 23 de noviembre de 1946 en Beverly Hills por un delito de prostitución de menores cuando momentos antes de su detención se intercambió en última instancia el asiento de su coche con un menor de 14 años que apareció con la cremallera del pantalón abierta. No obstante, la reincidencia del jugador estadounidense fue lo que lo terminó de condenar cuando en 1949, precisamente coincidiendo con el día de su 56 cumpleaños, Bill volvía a ser arrestado por la misma causa; esta vez con un adolescente de 16 años quien, tras hacer autostop, se acabó topando en el coche del excampeón y sufrió en sus carnes el acoso sexual del jugador. Bill era homosexual en una época en la que no estaba tolerado.

Cuatro años después de la impactante noticia publicada por The Boston Globe, Bob Hewitt fue llamado a declarar el pasado lunes en Johannesburgo. Acusado de dos cargos de violación -ambos sobre dos menores de 16 años en 1981 y 1982 respectivamente- y uno de agresión sexual -sobre una tercera chica de 18 años en 1994-, todas en Sudáfrica, el inculpado afirmaba: “No importa lo que suceda en este caso, nunca me recuperaré de estas acusaciones” en una declaración leída por su abogado Terry Price. Heather Crowe Conner calificaba el lunes como “el gran día” para todas las presuntas víctimas.

La primera en declarar fue Theresa Tolken quien tenía tan solo 12 años cuando Hewitt supuestamente abusó sexualmente de ella. Tolken, como el resto de víctimas, era una joven promesa del tenis cuyos padres confiaron en Hewitt como entrenador. Theresa explicó al juez que Bob abusó de ella hasta los 13 años incluyendo una violación durante la noche de un viaje nocturno al complejo South Africa’s Sun City en 1981. “Tenía 12, 13 años; tenía miedo. Hewitt me dijo que no dijera nada” afirmaba.

En contrapartida, Bob (75 años), a quien su mujer Delaille acompañaba en el juicio, se defendía: “La traté como si hubiera sido mi propia hija mostrándome muy cercano a ella” No obstante, Talken aportaba la prueba de tres cartas de las que leyó varios extractos: “Solo pienso en que puedas pensar de mí como un adicto al sexo. No lo soy”. “Quiero verte. No puedo retenerte, por supuesto, o besarte porque eso tiene que venir de ti”

Theresa Tolken: ”Traté de empujarlo, pero se enfadó. Sentía que él se frotaba hacia arriba y abajo detrás de mí”

En una segunda declaración celebrada en el día de ayer una de las víctimas entre la edad de 14 a 17 años, quien aseguraba que Bob le tocaba los pechos, relataba en el juicio: ”Traté de empujarlo, pero se enfadó. Sentía que él se frotaba hacia arriba y abajo detrás de mí” “En una clase privada él me dijo que la violación era algo agradable en todos los casos y que si me violaba tendía que tumbarme y disfrutar de ella” según recogía The Associated Press.

En el día de ayer los fiscales cerraron su caso tras el testimonio de la tercera víctima. El abogado de Hewitt, Terry Price, dijo que abriría un expediente para que Hewitt no fuera declarado culpable ante la falta de pruebas. El juez aplazó el juicio hasta este mismo jueves.

La otra historia, la oculta bajo la alargada sombra del mítico doblista sudafricano. Son días complicados en la vida de Bob Hewitt, quien espera que lo que acontece ante sus ojos, solo se trate de una simple pesadilla.