Jugar las semifinales de un Grand Slam es un éxito al alcance de muy pocos tenistas. Normalmente, este tipo de partidos están reservados para los mejores tenistas del circuito, y si viajamos hasta categoría femenina, dos de las jugadoras más punteras son Serena Williams y Maria Sharapova. La norteamericana ha logrado cinco títulos en la hierba londinense y ha disputado un total de siete finales, mientras que la rusa ha estado en dos finales en Londres, proclamándose vencedora en una de ellas.

Por tanto, ambas jugadoras conocen a la perfección este tipo de partidos y son conscientes de que cualquier error, especialmente en el aspecto mental, puede echar por tierra las ilusiones de pisar de nuevo la pista central del All England Lawn and Tennis Club. Y en Wimbledon 2015, la tenista que más acertada estuvo fue la de casi siempre, Serena Williams, que vuelve a llegar a la última ronda de un Grand Slam por 25ª vez en su carrera deportiva.

El partido se presuponía igualado entre las cabezas de serie número uno y número cuatro, pero la menor de las Williams se encargó desde el comienzo de demostrar quién es la mejor tenista en la actualidad, ofreciendo su mejor versión en lo que va de torneo. La jugadora estadounidense fue realmente eficaz con su servicio en la primera manga, consiguiendo más del 80% de puntos ganados con el primer servicio. Pero sus buenas estadísticas no se quedan ahí, pues Serena consiguió siete ‘aces’ y 12 golpes ganadores, lo que sumado a los dos ‘breaks’ conseguidos le permitió conquistar el primer set por 6-2.

Foto: Wimbledon.

En el segundo parcial, las sensaciones de Sharapova sobre la pista mejoraron, ofreciendo más resistencia desde el fondo de la pista e incrementando su efectividad con el servicio. Pero Serena estaba decidida a terminar el encuentro por la vía rápida, y también mejoró con el saque, logrando cerca del 90% de puntos ganados con el primer servicio. Además del servicio (logró seis ‘aces’), la jugadora norteamericana se mostró letal con su golpe favorito, la derecha, conectando un total de 17 golpes ganadores.

Esta situación permitió a Serena disponer de hasta cinco oportunidades de romper el servicio de su rival, pero a la norteamericana sólo le bastó una para colocarse en ventaja y finiquitar el partido por 6-4. Con esta victoria, Serena Williams tiene la oportunidad de conquistar su 21º título de Grand Slam, para lo que deberá vencer el próximo sábado a la española Garbiñe Muguruza.

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