Pese a sufrir más de lo esperado, Agnieszca Radwanska ya se encuentra en la tercera ronda del WTA Premier Mandatory de Pekín. La polaca superó en tres mangas (4-6, 6-1 y 6-4) y tras dos horas a Mona Barthel, que se mantuvo combativa durante todo el encuentro. La cuarta cabeza de serie se cruzará en los octavos de final con la estadounidense Madison Keys, verdugo de Katerina Bondarenko.

Barthel, dominadora

El encuentro arrancó con un sabor amargo, falto de ritmo y con un exceso de errores no forzados. El servicio (ambas metieron en pista sólo el 50% de primeros) no ayudaba a que las protagonistas ganaran confianza. Tres juegos, tres breaks. Tuvo que ser Barthel la que cambiara la inercia consolidando la rotura (1-3). No le iba a durar mucho la alegría a la germana, que sucumbió a la inmediata reacción de Radwanska (4-3). Pero el rostro de la polaca no reflejaba seguridad en su tenis. Y Mona lo aprovechó.

La alemana comenzó a ejercer un tenis directo y a soportar los intercambios cuando la situación lo requería. Radwanska se encontró superada ante la batalla y la intensidad de Barthel, que logró un break decisivo en el noveno juego (4-5). No le tembló la muñeca a la alemana, que cerró la manga (4-6), poniendo en entredicho el favoritismo del que gozaba su rival en el inicio.

Reacción de Radwanska

Se esperaba la mejor versión de la polaca, y llegó durante el segundo acto. El partido tomó un tono más alegre, vistoso, donde ambas empezaron a encadenar golpes ganadores. Radwanska tomó el mando y empezó a ejercer su tenis, haciendo correr a Barthel, y descolocándola con golpes angulados y grandes dejadas Esta reacción se reflejó en el marcador, donde Radwanska, en media hora, igualaba el encuentro (6-1).

Opciones para ambas

La pregunta era si Radwanska sería capaz de mantener la dinámica del segundo parcial, o si Barthel, tras una breve desconexión retomaría el nivel del primer set. En medio de la incertidumbre salió a relucir el mejor tenis del partido. Con el mal saque del inicio, pero con grandes golpes. Tras cuatro juegos ganados al resto, Barthel logró imponer su servicio (2-3) antes de solicitar la asistencia del fisioterapeuta para tratar un problema en el antebrazo.

Tras el breve parón la polaca confirmó también su servicio (3-3) y después se sucedieron otras tres rupturas consecutivas (5-4). Todo con una Barthel combativa y agresiva frente a una Radwanska frustrada, que seguía sin sonreír pese a dominar. Agnieszca, no exenta de problemas, logró cerrar un partido que se alargó hasta las dos horas.