Kei Nishikori accedió esta mañana a los cuartos de final del ATP 500 de Tokio tras derrotar al americano Sam Querrey. El tenista japonés, campeón defensor del torneo disputado en su país natal, supo gestionar a la perfección los tiempos del partido y no titubeó a la hora de atacar a un tenista que, aunque adaptado a la perfección a la rápida superficie de la capital nipona, no supo contrarrestar las numerosas virtudes del número seis del mundo.

Nishikori, quien llega al torneo de Tokyo, una de sus citas favoritas en el calendario ATP, como segundo favorito al título tras el suizo Stan Wawrinka (quien también venció esta mañana a otro local como Tatsuma Ito), fue quien de ejecutar un preciso cambio de registro después de su duelo el pasado lunes ante el croata Borna Coric, un tenista opuesto a Querrey, más batallador desde el fondo y con una propuesta tenística mucho menos vertical que la del norteamericano.

Ante Sam Querrey, el encuentro dispuesto por Nishikori fue directo y al grano. El japonés no pretendió en ningún momento acechar al servicio de Querrey a menos que se mostrase una oportunidad flagrante para hacerlo en el primer set. La perfección en la ejecución del saque del estadounidense le permitió llegar sano y salvo a un tie-break en el que ambos sabían que podría estar decidiéndose la resolución del encuentro, puesto que al resto Querrey nada podía haber hecho ante todo un especialista desde el fondo de pista como Nishikori.

El japonés, erigiéndose como claro favorito y asumiendo su responsabilidad ante su público, fue más que capaz de doblegar a su adversario en el desempate, ejecutando con enorme precisión los puntos clave y agenciándose el primer parcial por un 7-6 que dejaría demasiado tocado a Querrey. Al arranque del segundo set, el servicio de Querrey comenzó a titubear en mayor medida de lo que lo había hecho a lo largo de todo el encuentro. Su precisión disminuyó y su convicción con el segundo saque también cayó en picado, circunstancia que no pasaría desapercibida para un Nishikori que tiene prácticamente asegurado su puesto en la próxima Copa de Maestros.

Con un único break y cinco turnos de saque impolutos, Nishikori convirtió a Querrey en trámite. Con su billete a los cuartos de final ya extraído, el japonés espera ahora a un rival digno de su soberana raqueta. Éste se decidirá mañana en el duelo que enfrentará al croata Marin Cilic, su verdugo en la final del US Open del pasado año, y otro peligroso estadounidense como Steve Johnson. Un paso adelante más en el camino del japonés para conseguir su cuarto título del año, el tercero de la categoría 500 tras vencer en Barcelona y Washington.