Once años después de su primera participación, María Sharapova, la más asidua en el WTA Finals de las ocho presentes este curso (siete participaciones), arrancó con un triunfo (4-6, 6-3 y 6-4) ante Agnieszca Radwanska tras casi tres horas en pista. La rusa se sobrepuso a su inactividad, y es que desde julio tan sólo había disputado un encuentro, en Wuhan, donde se retiró por molestias físicas. Triunfo importante para la confianza de la siberiana, que una vez más ofreció un increíble afán competitivo.

Sharapova aferrada al fondo de la pista y Radwanska tratando de mover la bola, complicando el golpe de derecha de la rusa. El guion que podía preverse de antemano se marcó desde el inicio en la pista. La campeona de 2004 notó la inactividad sufrida a causa de las lesiones en la segunda mitad de la temporada, y eso lo aprovechó la polaca, que si en otras ocasiones su servicio ha sido enemigo que aliado, en el día de hoy la irregularidad de su contrincante lo hizo fiable.

La igualdad era palpable (4-4), pero Radwanska logró imponer su constancia y anular los 24 winners que ejecutó Sharapova. La polaca apenas sumó tres errores no forzados y supo desplazar a su rival, aprovechándose de sus errores hasta consumar un break que se hizo de rogar (4-5). La número seis del mundo, que evidenció ser una de las que más técnica atesora en el circuito, cerró la primera manga (4-6) con su saque.

Radwanska, en su estreno en el WTA Finals (Zimbio.com).

En el segundo acto el papel que asumió cada una fue similar, pero la ejecución diferente. Tras la charla de su técnico, Sharapova trató de dar un paso al frente, después de no haber pisado la red por voluntad propia en todo el primer parcial. La volea liftada a mitad de pista era el mayor arma de la rusa cada vez que el servicio la acompañaba. Al resto, la tercera cabeza de serie empujó desde el inicio, logrando un tempranero break a merced de una humana Radwanska (3-0).

María mantuvo la distancia hasta el séptimo juego (4-3), donde Agnieszca recuperó la distancia perdida. Pero la reacción de Sharapova fue inmediata (5-3) y con el servicio de su lado (ganó el 70% de puntos con el primer saque) igualó la contienda.

En la tercera manga, y con las dos horas de encuentro superadas, se presenciaron los mejores momentos. Ambas aunaron intensidad y calidad y ofrecieron una encarnizada batalla que tuvo como punto de inflexión el segundo juego. Sharapova mantuvo su servicio tras casi 14 minutos de disputa y eso afectó a la moral de una fatigada Radwanska, que a pesar de no perder la cara al encuentro se quedó al borde del abismo en el tercer descanso (5-2).

La polaca logró imponerse al miedo de la rusa y acortó diferencias (5-4). Incluso gozó de dos opciones para igualar de nuevo el partido, ante el nervio incontrolado de María. Sin embargo Sharapova confirmó su triunfo (6-4) y esbozó una sonrisa incrédulas tras casi tres horas en la pista.

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Sobre el autor
Alberto Puente
Redactor en Tenis VAVEL. Pasé seis meses en MARCA. Colaboré en la revista mexicana TennisLife y en Industria del Tenis. Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.