Todo el año peleando por un claro objetivo, y cuando finalmente se logra, queda un regusto amargo. Esta es la vida de tenistas de "clase obrera", siempre luchadores e inconformistas. Iñigo Cervantes logró la hazaña de entrar en el top100 tras su excelsa actuación en el Challenger de Montevideo, pero esta alegría se ve algo empañada por su derrota en la final ante Guido Pella.

El argentino, omnipresente en torneos Challenger pero invisible en eventos ATP, ha construido un imperio en este tipo de torneos que le aupa al puesto 76 de ránking, y le ha hecho ganar cuatro títulos esta temporada. Y aún tiene opción de más porque el argentino, al igual que Cervantes, disputará el ATP Challenger Tour Finals en Sao Paulo.

Pella estuvo más estable

Con la confianza adquirida durante todo el año y la hazaña que supuso ganar en semifinales de este torneo a Pablo Cuevas, el argentino salió a la cancha extramotivado, pero se encontró con una roca de fondo de pista, como fue Íñigo Cervantes.

El español está cuajando una magnífica temporada y salió dispuesto a culminarla con un título. El primer set fue de una máxima igualdad, y cuando parecía abocado al tiebreak, Guido rompió el saque del donostiarra y se lo adjudicó.

Pueden volver a verse las caras en Sao Paulo

Esto no mermó las ganas e intensidad del español, que aprovechó una cierta displicencia de Pella para coger ventaja en el tramo inicial del segundo set. Imperial al servicio y muy paciente de fondo de pista, Cervantes sacó de sus casillas al argentino, muy precipitado en esta fase de partido y llevó el partido al tercero y definitivo.

Allí volvió la igualdad. Pacto de no agresión hasta el décimo juego, cuando los nervios atenazaron a Cervantes. Guido Pella se activó mucho al resto, e hizo gala del nivel de confianza extremo que atesora para lograr una victoria que le hace llegar a Sao Paulo en plenitud de condiciones.