El apellido Murray pesa mucho en el tenis, y debe ser sofocante ser sometido a constantes comparaciones con Andy y ser para todo el mundo "el hermano de Andy". Jamie Murray es mucho más que eso. Su identidad como tenista se forjó en los verdes campos escoceses pero también en Barcelona, al igual que Andy. Viendo que su potencial en singles no era lo suficientemente grande como para cosechar éxitos, Jamie se especializó. Y la especialización trajo éxitos.

Discreto, tranquilo y trabajador. Así es un jugador siempre en la sombra, que puede ver cómo todos los focos se centran en él...y en su hermano. Su relación es más que fluida y denotan una gran compenetración sobre la pista. Este fin de semana, Gran Bretaña se materializa en Jamie y Andy, Andy y Jamie. Dos hermanos divirtiéndose juntos sobre la pista.

Discreto pero con espírituo ganador

Casi 30 años contemplan al mayor de la saga, que pareció inculcar su espíritu ganador a Andy. Y es que Jamie Murray es un ganador nato que se supera cada día para seguir cosechando éxitos. Su primer título de dobles como profesional data de 2007, y ya son trece los que ostenta, cosechados con diferentes parejas.

Ostenta trece títulos en dobles, dos de ellos conseguidos junto a Andy

Parece haber obtenido estabilidad junto a John Peers, con el que lleva ya tres temporadas completas jugando y ha logrado la friolera de seis títulos, situándose en el top-10 mundial. Pero lo que realmente le apasiona y motiva a Jamie es jugar con su hermano, como hacían de niños en las pistas urbanas de Dunblane, mientras su madre Juddy les tiraba bolas a diestro y siniestro.

La posición de Andy en el individuales no le permite jugar con continuidad el dobles, pero cuando lo hace busca cómplice a su hermano, y no son pocas las ocasiones en que han demostrado su poderío juntos. Lo hicieron en Valencia en 2010 y en Tokio en 2011, y sobre todo, lo han hecho y están haciendo en Copa Davis.

Es en esta competición donde la presión es extrema, palpitan los corazones, se desordenan las ideas y la muñeca tiembla...pero Jamie y Andy miran al otro lado de la pista y ven a la persona con quien han compartido toda su vida. Lo cotidiano emerge en situaciones límite y hace todo más llevadero, disparando la motivación de ambos.

Un jugador como Andy, acostumbrado a momentos cumbre durante todo el año y que ha sido presa de una presión mediática descomunal, sabe gestionar estas situaciones y hace que Jamie siga desplegando su mejor juego y no pierda los automatismos que ostenta como gran especialista en dobles.

Buen rendimiento histórico en Copa Davis

Jamie ha disputado un total de nueve partidos en la máxima competición por equipos, de los cuales ha obtenido la victoria en seis de ellos, remontándose dos de las tres derrotas a 2008, y correspondiendo la otra a un duelo frente a los hermanos Bryan este mismo año, haciendo pareja con Dominic Inglot.

Andy y Jamie Murray en Copa Davis 2015. Foto: daviscup

Seis victorias y tres derrotas en los dobles de Copa Davis

Habiendo hecho pareja con leyendas del tenis británico como Henman o Rusedski, es con Andy con quien se ha sentido más cómodo. Así lo atestiguan sus resultados juntos, habiendo disputado tres partidos saldándose todos ellos con victoria de los de Dunblane.

El primero de ellos fue en 2011 contra los luxemburgueses Vermeer y Bram, pero lo mejor estaba por llegar. En este 2015, los Murray han logrado derrotar a parejas del nivel de Mahut-Tsonga y Hewitt-Groth, dando un salto cualitativo realmente notable, y erigiéndose en una de las claves que explican la presencia británica en la final.

No hay duda de que Jamie y Andy formarán la pareja británica en el punto del dobles, como tampoco hay duda de que se dejarán la piel. No lo tendrán nada fácil frente a Coppejans y Bemelmans, pero vienen con la confianza por las nubes y han podido entrenar y convivir juntos en Londres durante y después de la Copa de Maestros. Solo queda un paso para conducir a la familia Murray al olimpo del tenis mundial...y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro ya se erigen imponentes en el horizonte del calendario tenístico. Lo mejor está por llegar para los escoceses.