Arrancó el Open de Australia 2015 con una jornada repleta de sorpresas, donde destacó la derrota de Benoit Paire a manos del estadounidense Noah Rubin, 335 ATP. Otros como Dolgopolov o Thiem consiguieron eludir la derrota, aunque no sin sufrir.

Adentrándonos primero en el caso del galo, es cierto que llegaba en un buen momento de forma tras hacer un 2015 espectacular, pero tampoco sorprende en demasía lo sucedido. Paire es muy dado a este tipo de patinazos, y este quedará en sus vitrinas como uno de los más sonados. Cayó ante un chaval que venía de perder en el Challenger de Canberra ante Donskoy. Total es nada.

Ese 'chaval' no era y es más que otro prometedor americano, de la saga de los Fritz, Tiafoe... Rubin cosechó la victoria más importante de su carrera en la noche de hoy, venciendo a todo un Top-20 en tres mangas, en tres apretados tiebreaks. Este joven del 96 hoy tuvo su día y desde el principio se apreció. Con total claridad.

En cambio, el francés no pudo hacer buenos los positivos pronósticos que cargaba a la espalda y dijo adiós a las primeras de cambio a pesar de sus 18 aces. Y es que sus momentos de tenis más explosivos en el partido fueron cuando se dedicó a estampar su raqueta contra el cemento del Open.

Dolgopolov y Thiem avanzan con altibajos

Otras dos de las grandes raquetas del día sí consiguieron avanzar y, además, de muy parecida manera. El ucraniano y el austriaco tumbaron a Berankis y Leo Mayer respectivamente en dos partidos donde mostraron grandes momentos de tenis intercalados por otros muy malos.

Thiem dio grandes muestras de su calidad haciéndose con las dos primeras mangas, pero Mayer tiró de hombría para intentar darle la vuelta, pero todo quedó en un intento. Consiguió un set, pero sucumbió con claridad ante el talento austriaco en el tiebreak del cuarto set.

Dolgopolov tenía una primera ronda más sencilla, y así lo demostró salvo por el mal segundo set que le complicó el partido. Por lo demás, el ucraniano siguió sorprendiendo por su buen inicio de 2016.