Confirmación o vuelta a la realidad. El regreso a las pistas de Juan Martín del Potro había respondido a las expectativas y el tenista argentino consiguió dos victorias consecutivas. Sin embargo, estos triunfos llegaron ante rivales de menor entidad, por lo que el encuentro de cuartos de final del Delray Beach Open, en el que se enfrentaba al francés Jeremy Chardy, iba a servir para comprobar el verdadero nivel del jugador nacido en Tandil 11 meses después de disputar su último partido.

Y como si una jugada del destino se tratase, 'Delpo' confirmó que ha vuelto para quedarse y disputó un gran partido precisamente ante el jugador que presenció las primeras molestias del tandilense (Masters 1.000 de Cincinnati 2012), y que asistió impotente al vendaval tenístico del sudamericano, que celebró con rabia el triunfo no solo por continuar con su racha de victorias y su mejora en el juego, sino por tratarse del nº30 del mundo.

Una jugada decisiva

El comienzo del partido estuvo marcado por la igualdad. El argentino intentaba imponer su estilo a base de grandes golpes con la derecha y con el revés, un golpe que confirmó la mejora de sensaciones pues, por primera vez desde su regreso, lo realizó a dos manos y buscando mayor potencia. El francés presionaba con su servicio y, si bien ambos repartieron aciertos y errores a partes iguales, la sensación en la pista de Florida era la de un mayor dominio de Juan Martín del Potro.

El 'ojo de halcón' resultó determinante en el primer set

El primer 'set' se decidió en el quinto juego. Con 2-2 en el marcador, el 'ojo de halcón' favoreció al tenista de Tandil y le permitió colocarse 3-2 arriba, una situación que pareció desesperar a Chardy, que a partir de ese momento comenzó a sentirse muy incómodo sobre la pista y a quejarse en exceso de sus errores, situación que aprovechó Del Potro para romper el servicio de su rival y consolidar el 'break' para situarse 5-2 en el marcador. En el octavo juego, el sudamericano volvió a romper el servicio de su rival y cerró la primera manga con un 6-2 en apenas 35 minutos.

Mayor confianza

Esta contundente victoria parcial aumentó notablemente la confianza del tandilense, que comenzó a conectar sus grandes golpes de 'drive' y sintió mejor el revés, lo que se tradujo en un claro dominio del encuentro. 'Delpo' aprovechó la inercia positiva y su incontenible derecha para ponerse 2-0 arriba en el marcador en el segundo parcial tras romper por tercera vez en el partido el servicio de Jeremy Chardy. Las sensaciones positivas parecieron cortarse inmediatamente, pues el argentino cedió su servicio y dio opciones al tenista francés.

Del Potro apenas sufrió con su servicio en todo el partido

Pero este pequeño bache en el juego fue un mero espejismo, porque de nuevo Juan Martín Del Potro recuperó su mejor versión tenística y encadenó dos juegos consecutivos para establecer un 4-1 que se antojaba definitivo. El jugador galo reaccionó con su servicio y sembró ciertas dudas en el servicio del americano, que con 4-2 arriba tuvo que salvar varias bolas de 'break' para evitar lo que hubiera sido la situación más complicada del encuentro para el de Tandil.

Del Potro salvó el juego y, con 5-2 arriba, dispuso de una oportunidad al resto de conseguir la victoria. El jugador tandilense no pudo aprovechar la ocasión, pero en el juego siguiente sí logró cerrar el partido en la segunda de las dos bolas de partido que dispuso con su servicio, certificando la victoria por 6-3 con el 72% de puntos ganados con el primer servicio y dejando grandes sensaciones que le permiten alcanzar las semifinales de un torneo por primera vez en dos años desde las conseguidas en Sydney en enero de 2014.