No importa el ranking, no importa el estado de forma que atraviese cada uno de los dos jugadores: Viktor Troicki no da con la fórmula para frenar a Marcos Baghdatis. Al menos, por segunda vez, como ya pasó en Moscú 2010, cuando el serbio se proclamó campeón tras vencer a su verdugo a día de hoy. Desde entonces, el chipriota ha vencido en los tres últimos enfrentamientos y en cuatro de los últimos cinco, a pesar de que llegaba en peor momento a la cita y con 35 puestos de diferencia en la clasificación mundial (22 - 57). Hoy, en Dubai, el de Belgrado tendría otra oportunidad de despejar las incógnitas, pero faltaba un último ingrediente en la ecuación.

Viktor Troicki no atraviesa un comienzo de año soñado, pero sus vitrinas ya saben lo que es conquistar un trofeo en este 2016 y también el amargo sabor de quedarse con la miel en los labios. En Sydnei, a principios de año, y ante un Grigor Dimitrov en plena búsqueda de sensaciones, la moneda dictó cara. Éxito. En Sofía, un torneo de mayor entidad, Roberto Bautista dijo cruz. Amargura. Desde entonces, dos victorias y tres derrotas en los últimos encuentros, la última de ellas en Dubai ante Baghdatis.

Troicki celebra el título en Sydnei. | Fuente: ATP Worldtour

Todos los factores jugaban -aparentemente- en favor del serbio, quien incluso arrancó el partido mejor que su rival, tras conseguir un break en el cuarto juego de la manga y colocarse 3-1 arriba. Pero la confirmación no llegó a continunación y las tornas volvieron a equilibrarse.

Tal fue la paridad que, una vez ajustandos los errores con el servicio, ninguno volvería a conceder ni una sola bola de rotura a su adversario y los turnos de saque se sucederían con velocidad y segurar. Hasta que llegó la hora de la muerte súbita.

Marcos Baghdatis golpeó primero y consiguió el minibreak cuando el marcador lucía un empate a dos. Lo que ninguno esperaba, sin embargo, es que el golpe psicológico fuese a hundir de tal manera a Viktor Troicki, quien, incapaz de conseguir la contra rotura sobre los saques del chipriota, volvió a ceder en dos ocasiones consecutivas con su servicio. Tres minibreaks seguidos, cinco puntos consecutivos, y la resistencia del de Belgrado se vino abajo definitivamente.

El chipriota se llevó en el tie-break el set y el partido. La muerte súbita, haciendo acopio de su significado más literal, sentenció el partido pues en la segunda manga no hubo apenas partido.

La muerte súbita, más literal que nunca, dilapidó las esperanzas de Viktor Troicki de forma definitiva Viktor Troicki sufría para sacar adelante cada turno de saque que jugaba mientras que Marcos Baghdatis encadenaba juegos con presteza y seguridad, en blanco la mayoría de ellos. Incluso perdonó tres bolas de break sobre el saque del serbio. Pero todo era cuestión de tiempo.

Cuando el chipriota mandaba 3-2 en el electrónico, la paciencia y la determinación encontraron el premio del break. La superioridad sobre la cancha volvía a imperar en el marcador ante la impotencia de Viktor Troicki, que veía como su juego agresivo siempre encontraba respuesta en las maratonianas cabalgadas sobre la línea de fondo de Marcos Baghdatis.

Con los deberes hechos por parte del chipriota, solo era cuestión de servir como hasta ahora para no tirar un partido casi sellado. Y la teoría fue llevada a la práctica con maestría y eficacia, pues el buen juego de Marcos Baghdatis propició un segundo break para dilapidar las esperanzas de Viktor Troicki tras cerrar el encuentro por 6-2 en el segundo parcial y citarse con Vasek Pospisil en segunda ronda

El chipriota sigue viviendo una segunda juventud mientras que Viktor Troicki asiste impotente ante el inevitable declive de su carrera, en la cual no ha sido capaz de encontrar la fórmula para vencer a Marcos Baghdatis a pesar de contar con casi todos los ingredientes antes de los envites. Pero sigue faltando algo.

Pospisil, adelante con muchas sombras

Mientras que Viktor Troicki no está en su mejor momento de forma y Marcos Baghdatis vive una segunda juventud, el declive del prometedor Vasek Pospisil parece vaticinar que su carrera está marcado a convertirse en un refutado doblista pero en un pobre singlista del circuito.

El canadiense venció 6-3, 5-7 y 6-4 con más sombras que luces al francés Lucas Pouille tras cinco derrotas consecutivas  y consigue su primer triunfo en lo que va de año 2016. En la próxima fase del torneo de los Emiratos se medirá con el renacido Marcos Baghdatis, contra el cual necesitará algo más de lo mostrado ante el galo Lucas Pouille.

Pospisil durante el encuentro ante Pouille. | Fuente: ATP Worldtour