En las grandes parejas de dobles, se suele decir que "se entienden como si llevaran jugando juntos toda la vida". En el caso de Andy y Jamie, ese dicho se cumple a pies juntillas. Hacen gala de una compenetración exquisita, ostentando uno los puntos débiles del otro, y erigiéndose así en una máquina perfecta cuyos engranajes se amoldan a todas situaciones.

Este idilio en el dobles fue vital para ganar la Copa Davis en 2015, y contra todo pronóstico, Andy volvió a la convocatoria y se pudo repetir. Esto es un claro síntoma del gran ambiente que reina en el equipo británico, y que se respira en el pabellón de Birmingham. Con Andy y Nishikori como grandes baluartes, el punto del dobles se preveía que fuera para los británicos, y los hermanos de Dunblane cumplieron a la perfección.

La perfección existe con Jamie y Andy en pista

Impecable. Así fue el partido protagonizado por los británicos, que salieron a pista bien concienciados de la importancia del partido, y eso se hizo notar en la intensidad de su juego. Maestro en la red Jamie, Andy torturaba a unos timoratos Nishioka y Uchiyama desde fondo de pista.

Los japoneses no provocaron ni una sola pelota de break

El primer set fue una auténtica exhibición, con tan solo dos puntos perdidos al servicio por parte de los británicos. La impotencia de los nipones era más que notable, y eso se notó a la hora de servir. No pudieron aguantar la presión y cedieron en la única pelota de break que tuvieron Jamie y Andy. 

Uchiyama y Nishioka en Copa Davis. Foto: daviscup.com
Uchiyama y Nishioka en Copa Davis. Foto: daviscup.com

Esta fue la tónica general de todo el partido. Los hermanos ganaron cuando y como quisieron, apretando notablemente cuando los sets se avecinaban a su tramo final. Les costó algo más abrir la lata en la segunda manga, pero cuando lo hicieron no tuvieron freno. El tercer set bajó mucho en intensidad, con los japoneses sacando bandera blanca, y los Murray dándose un homenaje.

Victoria muy importante, aunque no por ello menos esperada y obligada. La eliminatoria queda en manos de los dos capos, con un duelo entre Murray y Nishikori que se vaticina realmente apasionante. Toman ventaja los británicos con un público entregado a la causa.