Apostó y le salió bien al tenista madrileño, que sacrificó su participación en en ATP 500 de Barcelona por otra opción con más garantías como ha sido éste 250 de Bucarest.

Probablemente le hubiera gustado más competir en Barcelona delante de los suyos, pero Verdasco estaba en un momento delicado y necesitaba puntos. Jugar un torneo como el Godó suponía tentar a la mala suerte y encontrarse en primera ronda ante tenistas de la talla de Nadal o Nishikori. Al final el tiempo le ha dado la razón al bueno de Fernando Verdasco que hoy consigue lograr su primera final individual desde la que ganó en Houston en abril de 2014.

Tras una actuación magnifica de Verdasco en semifinles y derrotar al español Guillermo García López, quien defendía título, por 6-3, 3-6 y 6-2 en una hora y 56 minutos. Tocaba ahora enfrentarse a la gran sorpresa del torneo, el joven de 22 años Lucas Pouille, que venció al tercer favorito del torneo, el argentino Federico Delbonis, por 7-6 (4) y 6-3. 

La final que se ha disputado esta mañana de lunes, estaba prevista para el domingo, pero fue aplazada por lluvias. No le afectó esto al número 86 del mundo que tras la confianza de derrotar al anterior campeón se le ha visto muy seguro y ha dado rienda suelta a su derecha de zurdo.

No hizo mucho el francés para detener a su rival, que siendo ésta su primera final ATP frente a la número 20 de Fernando, jugó con respeto y todo el descaro que demostró ante Delbonis ya no estaba. La experiencia es un grado y supo aprovechar bien Verdasco, que a sus 32 años no le dio oportunidad de reaccionar a Pouille y se esmeró para cerrar el partido lo antes posible, sentenciando en poco más de una hora y diez minutos.

Una inyección de autoestima para el madrileño que sin duda ha vuelto a demostrarnos que vuelve dando guerra y preparado para la próxima cita, el Mutua madrid open, que además será en casa.

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