Esto es lo que tiene jugar todo un año a un nivel estelar, incluso por encima de las posibilidades reales de uno mismo; que al año siguiente, todo parece gris, las malas sensaciones acuden cuando se pierden partidos que hace meses no se perdían y la desconfianza acude. Es lo que le está ocurriendo a un clásico del circuito como es García-López, despojado del aura ganadora de la que hizo gala en 2015, pero que sigue batallando contra sí mismo para recuperar la alegría en su juego.

Rosol, Muller y Chung consiguieron doblegar al español, en lo que han supuesto las tres derrotas más dolorosas del año; Vesely y Pouille también mermaron mucho la confianza del de La Roda y le impidieron progresar lo que ránking demandaba en torneos ATP 250. Más allá de eso, el español ha perdido con jugadores de entidad por lo que no ha de flagelarse. Con sus dos triunfos en Ginebra, llegará a Roland Garros con un balance de victorias-derrotas positivo o al menos neutro (15-14 en estos momentos). Tuvo que sudar para acceder a la antepenúltima ronda, al verse las caras con un siempre peligroso Rajeev Ram.

Preciso en los momentos cumbre

Un duelo ante un sacador experimentado como Ram, está abocado al sufrimiento y la concentración máxima. No hay lugar para despistes ni reproches a sí mismo, y así lo intuyó un García-López que fue conscicente de que lo importaba era ganar, ya fuera jugando bien o mal. Hizo un partido realmente serio el manchego, dando respuesta a todos los argumentos planteados por el estadounidenses.

La tierra batida de la ciudad suiza favoreció el juego del español, que se afanó por jugar largo e intentar mantener recluido en fondo de pista a Rajeev. Hubo un intercambio de breaks más por despistes del sacador que por méritos al resto, y en el noveno juego, el español dio el zarpazo definitivo a la primera manga.

Su rival en cuarto de final será el ganador del duelo entre Ferrer e Istomin

No fue un golpe que hundiera moralmente al estadounidense, empeñado en aferrarse al partido sin que su saque fuera definitivo. Esto no hace más que reafirmar el gran mérito de este veterano jugador, que sigue mejorando cada día y obligó a García-López a sacar lo mejor de sí mismo. Lo hizo, y eso le llevó a un tiebreak en el que estuvo más acertado, pudiendo cerrar el partido en dos sets.