Fernando tiene una motivación, un reto, una razón por la que salir a la pista ilusionado y mostrar el tenis que atesora y que ofrece con cuentagotas en los últimos años. Ese objetivo no es otro que acudir a los Juegos Olímpicos, y es el que está haciendo que el nivel del español suba como la espuma cuando se ve contra las cuerdas. Hace un mes, Verdasco era 80 del mundo y atravesaba una crisis absoluta, pero se presentó en Bucarest y ganó el título.

Esto le metió de lleno en la lucha por la cita olímpica, y más tras la renuncia de Feliciano López. Tras no poder jugar al mejor nivel en Estoril, Madrid y Roma, Fernando sabe que el tren solo pasa por París. Con su victoria en segunda ronda ante Dodig ya cosecha puntos, y en tercera ronda vivirá uno de esos partidos que le gustan, ante un favorito y sin que se espere mucho de él. Es en esos momentos cuando Verdasco se crece, tal y como lo hizo ante Dodig recluido a la pista 17.

Partido perfecto del español

Y es que Verdasco jugó tremendamente concentrado, con una visión táctica de la que no suele hacer gala, y con gran nivel de acierto. La victoria contundente ante el croata no fue fruto de impulsos acertados, sino de una estrategia bien planeada y un buen estado físico y mental.

El madrileño sufrió en los compases iniciales para salvar su servicio, y se dio cuenta de que era necesario jugar a menos velocidad pero abriendo más ángulos. Movió una y otra vez a Dodig, que sufría cada vez más al verse obligado a corretear por los cuatro costado del albero. Perdió eficacia el demoledor revés de Ivan, y el tenis de Verdasco fue creciendo en preciosismo y eficacia.

Verdasco conectó 36 golpes ganadores por tan solo 19 errores no forzados

El español estuvo muy acertado en el aprovechamiento de bolas de break, y no se obcecó en buscar ganadores, encontrándolos sin dificultad con el drive paralelo tras haber hecho un buen trabajo de desgaste con el croata. El único despiste se produjo en el tercer set, con más de medio partido en el bolsillo al ir break arriba. El croata le rompió el saque, pero la reacción de Fernando puso de manifiesto su gran momento de forma, devolviéndole el break inmediatamente y cerrando el partido al resto.

El reto que supone enfrentarse a Nishikori es mayúsculo, y más tras comprobar el buen juego desplegado por el nipón ante Kuznetsov. Buena oportunidad para Verdasco de reivindicarse, y acceder a unos octavos de Grand Slam que le son esquivos desde 2013. Aún no es tarde para el español, y más si sigue con este nivel de juego.