Garbine Muguruza ha ascendido a la élite del tenis mundial a una velocidad de vértigo en los últimos dos años. La hispano-venezolana perdió ante Serena Williams en la final de Wimbledon el año pasado, pero consiguió su primer Grand Slam en el Abierto de Francia a principios de este mes.

Muguruza, que será la segunda clasificada en éste Grand Slam, tuvo un desliz hace solo una semana y fue eliminada en primera ronda del Abierto de Mallorca, aunque éste resultado sólo sirve para demostrar el nivel de competitividad del tenis femenino, donde los descuidos se pagan caros. Otra motivación más de cara a Wimbledon, donde la tenista de 22 años parte desde su mejor posición hasta ahora en un Grand Slam.

Garbiñe hizo historia a principios de mes al hacerse con la corona de Roland Garros y derrotar  a la número uno del mundo, Serena Williams. Muguruza fue la primera española en conseguirlo desde que lo consiguiera Arantxa Sánchez Vicario en 1998.

Ganar en París no ha afectado lo más mínimo a la jóven tenista, quien asegura querer repetir el escenario del año pasado pero esta vez dándo un paso más allá y ganando en la final, aunque no presionarse más de la cuenta: “ Me lo tomo con tranquilidad, quiero preparar bien Wimbledon y no quiero crear grandes expectativas porque empiezo de cero y en una superficie diferente.”

Además la actual número dos del ranking mundial podría pasar a ser la número uno si ganase éste Grand Slam londinense, aunque tampoco ésto parece estresar a Garbiñe: “No he pensado mucho en eso. Sin duda es uno de mis objetivos pero llegará solo mientras gane torneos, por el momento no quiero obsesionarme con eso.” 

Muguruza ya activó las alarmas entre los entendidos de éste deporte la temporada pasada donde ganó el segundo título de su carrera, avanzó a la final de un Grand Slam donde le plantó cara a la temida Serena Williams, llegó a la semifinal del Campeonato WTA de fin de temporada en Singapur y alcanzó en tercer puesto mundial.

Pese a su temprano éxito y las grandes expectativas del público hacia ella, la tenista está haciendo todo lo posible por mantener los pies en la tierra y no ha parado de trabajar. Fruto de ése trabajo ha sido el tremendo esfuerzo en fortaleza mental que ha logrado ésta temporada.

El huracán hispano-venezolano cuyo talón de aquiles eran la rupturas mentales durante los momentos claves de los partidos, ha hecho un gran trabajo en el aspecto mental y lo ha demastrado en la pista, donde se la ha visto mucho más madura y determinante en los momentos claves, principal motivo que le hizo alzar la copa de los mosqueteros a principios de mes.

La cuenta atrás para el prestigioso Grand Slam británico ha comenado y hay dos claras aspirantes al título

Serena, la reina de corazones y a un sólo Grand Slam de igual el récord de la alemana Steffi Graff con 22, saldrá con el cuchillo entre los dientes y no le va a poner las cosas nada fáciles a sus rivales. Pero si hay alguien que puede plantarle cara con su personalidad y talento desbordantes es Garbiñe. El pasto británico se convertirá durante dos semanas en zona de guerra donde cada partido será una batalla distinta para estas dos campeonas.

Pero, ¿Qué mejor momento para nuestra estrella local que éste para afrontar el reto físico y mental que supone Wimbledon? Con la confianza de Roland Garros reciente y en una superficie que no se le da nada mal a la camaleónica Garbiñe Muguruza.