El tenis, como la vida es un estado de ánimo y Argentina gana por goleada a Italia en ese sentido. Por mucho que los peninsulares cuenten con el apoyo de la grada de Pésaro, el hecho de que sus dos líderes sobrepasen la treintena de años y acumulen sinsabores constantes esta temporada, no da lugar al optimismo. En la otra vertiente, la presencia de Juan Martín Del Potro ha hecho ilusionarse a los argentinos con el deporte de la raqueta, y aunque no haya sido de la partida, simplemente su espigada e imponente figura en el banquillo, otorga una ventaja competitiva a sus compatriota.

Federico Delbonis puso de manifiesto esta dicotomía, y sacó los colores a un Seppi en franca decadencia y que encontró en la tierra batida a su peor enemigo; Italia parece estar autoflagelándose con la elección de la superficie, al no tener en cuenta la presencia de consumados especialistas argentinos como Delbonis o Mónaco. La demostración del primero de ellos fue mayúscula en cuanto coraje, pero no tanto respecto a juego.

Seppi se ahoga en su falta de carisma

Una cosa es ser un jugador calmado, y otra muy distinta no transmitir emoción alguna con su juego y no conseguir conectar con el público. El carácter frío del alpino no parece ser su mejor aliado en este tipo de envites en los que no solo se requiere buen juego y aplomo sobre la pista, sino también mucho coraje y capacidad para implicar aliados a la causa.

Seppi cometió la friolera de 80 errores no forzados, por tan solo 32 golpes ganadores

Los golpes planos de Seppi no lograron desbordar a un Delbonis que maximizó su condición de zurdo, jugando bolas con mucha altura y peso hacia el revés del de Bolzano. Ambos fueron presa de los nervios en muchos tramos del partido, cometiendo muchos errores no forzados. Delbonis llevó las riendas en un primer set muy disputado que se acabó llevando en el tiebreak, pero se relajó sobremanera y permitió que el italiano volviera a meters en el partido.

Con el partido igualado, es cuando se esperaba que Seppi diera un paso adelante. No lo hizo y sucumbió al coraje indomable de Delbonis, que no dio por perdida una bola y demostró sentir los colores de la albiceleste en su corazón. Levantó cuatro bolas de break en el tercer set y tomó ventaja, cerrando el encuentro en el cuarto con la complacencia de un exhausto Seppi. La eliminatoria se reanudará el sábado con el enfrentamiento entre Fognini y Mónaco, en el que se vaticina una dura y maratoniana batallada.