No es nada fácil ver un resultado como el logrado por Carla Suárez, y mucho menos en un torneo de Grand Slam. No es fácil determinar si lo acaecido en una abarrotada y perpleja pista 11 se debió más al mérito de la española o al demérito de la brasileña, pero el caso es que Carla se estrenó por la puerta grande en el Grand Slam estadounidense. 

La canaria llega en un buen momento de forma, sin alardes pero con un buen tono general en sus resultados, y busca sumar puntos que le devuelvan al top-10. No defendía nada el US Open y tampoco lo hará en los torneos venideros, por lo que esta fase de la temporada se erige en una oportunidd para la española.

Ciclón canario en Nueva York

Se esperaba una victoria de la española pero no se podía prever tamaño correctivo tenístico. Se vieron las caras en Río de Janeiro hace apenas dos semanas, pero lo hicieorn en la modalidad de dobles. Allí la victoria fue muy sufrida para las españolas, todo lo contrario de lo ocurrido hoy.

Carla empezó arrolladora, movió la pelota con paciencia y profundidad y martilleó la moral de una Pereira totalmente impotente. La brasileña tuvo una bola de break en los compases iniciales, pero fue un mero espejismo. No hubo color en ninguna fase del encuentro, y Carla pudo disfrutar de un plácido encuentro.

En segunda ronda se medirá a la ganadora del duelo que disputarán la colombiana Duque-Mariño y la serbia Jelena Jankovic. Carla habrá de ponerse el mono de trabajo ya que no es fácil encontrarse con dos partidos tan cómodos como el que le ha permitido acceder a la segunda ronda. La mejor actuación de la española en Flushing Meadows fueron los cuartos de final de 2013, y alcanzarlos de nuevo es un objetivo real y plausible.