El pasado domingo el equipo checo de Fed Cup se proclamó campeón por tercera vez consecutiva al vencer en la final a Francia. El combinado checo formado por Karolina Pliskova, Petra Kvitova, Barbara Strycova y Lucie Hradecka continúan alargando su supremecia en el campeonato por equipos más prestigioso del tenis femenino, coronándose en cinco de los últimos seis años. Sólo Italia ha sido capaz de birlarlas una Fed Cup, la de 2013.
Este triunfo ha sido el más luchado por el conjunto checo en relación a las pasadas ediciones, cuando se proclamaron campeonas, dada la dificultad a la hora de sacar adelante las eliminatorias. Rumanía, Suiza y Francia, víctimas de la República Checa, han exigido el máximo a las campeonas, llevándolas a resolver las eliminatorias en el doble del quinto partido.
La Francia capitaneada por Amelie Mauresmo y formada por Caroline García, Kristina Mladenovic, Alize Cornet y Pauline Parmentier plantó una gran resistencia a las checas, gesta que fue reconocida por el público francés. Las victorias de García ante Kvitova y Pliskova obligaron a las checas a jugar el quinto partido de la eliminatoria. Parecía que Francia podía poner fin a una supremacia que se alarga desde 2011. Sin embargo, la contundencia de Strycova y Pliskova fue superior al tandem francés, y el título volvió a tener sabor checo.
Segundo capítulo exitoso de la República Checa
La escuela checa está dejando huella también en el tenis actual con jugadoras situadas en los puestos cabeceros del ranking WTA. Petra Kvitova y Karolina Pliskova son sus principales lanzas y están llevando al tenis checo, tanto en términos individuales como colectivos, a una dimensión que se sitúa cerca de la otra generación de oro del tenis femenino del país centroeuropeo, con Hana Mandlikova y Helena Sukova. Ambas se convirtieron en las grandes dominadoras de la Fed Cup y alzaron los títulos de 1983, 1984, 1985 y 1988. Sin olvidar el triunfo de 1975 conquistado, entre otras, por la gran Martina Navratilova años antes de que obtuviera la nacionalidad norteamericana y pasase al equipo de USA.
Desde que en 1988 conquistasen la Fed Cup, la República Checa vivió una época de sequía, donde vio como selecciones de la talla de España y USA le arrebatan el dominio del tenis por equipos que instaló durante el último tercio del siglo pasado. De manera que Pliskova, Kvitova, Strycova, Safarova y Hradecka, a parte de devolver los éxitos, están escribiendo otra página dorada del ya largo palmarés del tenis checo.
República Checa se mantiene segunda del ranking histórico de la competición con 10 títulos, muy lejos de los 17 títulos que ostenta la todopoderosa USA, y deja ya muy atrás a Australia (8), España (5), Italia (4) y Rusia (4). Se une a estas dos últimas como equipo más existoso de la Fed Cup en el siglo XXI. Doce de las dieciseis ediciones se las han repartido entre las tres selecciones.
Un equipo ante todo
Una de las partes más importantes del éxito de un tenista, y que pocas veces se ensalza, es el entrenador o, en este caso, el capitán. Petr Pála ha estado presente en los últimos cinco triunfos checos y ya es el capitán más laureado de la historia de la competición. El gran éxito como entrenador del ex jugador checo es la creación de unidad casi inquebrantable, que independientemente de que las principales raquetas se ausenten, el rendimiento del conjunto checo no decae, y eso se debe a que la escuela checa se adapta muy bien a las exigencias del tenis actual y también a la atmósfera de confianza y buen rollo que ha implantado en el grupo.
Esta selección se contrapone con el ideario de un equipo de Fed Cup donde exitían una o dos jugadoras que jugaban todo y que si faltaban, su ausencia se hacía muy evidente. Estoy hablando de la USA de los finales de los 80 y principios de los 90 con Martina Navratilova y Chris Evert. Dos tenistas que son leyendas del tenis, pero de las que dependían todos los éxitos de EEUU en la Fed Cup. España es otra selección que dependía de la calidad y destreza de Conchita Martínez y Arantxa Sánchez Vicario. A diferencia de las americanas, Aranxta y Conchita lo jugaban singles y dobles. Por ello, las cinco Fed Cup consechadas cobran un mérito mayor si cabe.
La República Checa se ha basado y ha potenciado la forma de selección de jugadoras de Italia y Rusia, que llevaban a las mejores jugadoras en singles y en dobles. Antes las jugadoras top de cada país seleccionadas jugaban singles y dobles aunque en esta última modalidad no estuvieran especializadas (casos de USA y España). Rusia, la primera en constatar su dominio en el siglo XXI, seleccionaba a tenistas top en individuales como Sharapova, Kirilenko o Kuznetsova, y en dobles llevaba a Petrova o Vesnina, especialistas y ganadoras de Grand Slams en dicha modalidad. Italia con Errani, Vinci, Penneta y Schiavone, lo mismo. Sin embargo, el tipo de jugadoras, su estilo de juego y la unidad creada convierten a las checas en las rivales a batir y en el conjunto más laureado de estos primeros años de siglo.
República Checa a la altura de los mejores
El dominio que ejercen las checas a nivel de equipos se pueden comparar con la supremacia que ha ejercido EEUU en la Fed Cup, pero también con algunas rivalidades que, además de marcar una época en el tenis, han sido dominadoras durante años como la ejercida por Nadal y Federer.
Individualmente, Nadal y Federer han marcado una época en la historia del tenis. Nadal es el jugador que más Roland Garros ha ganado con hasta nueve Copas de los Mosqueteros, mientras que Federer ha hecho de Wimbledon el jardín de su casa, pues allí ha ganado siete veces. No obstante, la rivalidad entre ambos han dominado el circuito durante diez años, repartiéndose los Grand Slams, los Masters 1000 e intercambiándose el número uno.
Otra comparación de dominio sobre una pista de tenis es el de Steffi Graf a finales del siglo pasado y el de Serena Williams en la actualidad. Ambas han dominado el circuito con mano de hierro y, por ello, ostentan 21 Grand Slams cada una.
Nadal, Federer, Serena, Graf... Son nombres que ya han escrito o siguen escribiendo su gloriosa historia en el mundo del tenis, y están siendo comparados con la gesta conseguida por la República Checa en la Fed Cup. Esto evidencia la magnitud de los triunfos conseguidos por las jugadoras de Petr Pála.
Una por una, análisis del equipo checo
- Karolina Pliskova: la jugadora de 24 años se ha convertido en la primera raqueta del tenis femenino checo, destronando a Petra Kvitova, por su gran año en el circuito WTA. Ha firmado una Fed Cup casi perfecta, con solo dos derrotas en nueve partidos, contando singles y dobles. Un auténtico espectáculo. Además, ha sabido llevar los galones del equipo y ha actuado en todo momento como la número uno checa contra pronóstico. Por ello, es la gran perla del tenis checo.
- Petra Kvitova: la situación personal y alguna lesión ha hecho que no hayamos podido disfrutar de la doble campeona de Wimbledon a su máximo nivel. No obstante, su compromiso con la Fed Cup es absoluto e indudable, y aunque su rendimiento no ha estado a la altura, su presencia es siempre. La gira asiática le ha servido para recuperar sensaciones, sacar su gen ganador y preparar la final contra Francia.
- Barbara Strycova: junto con Pliskova, ha sido la jugadora más destacada del conjunto checo. Ella igualó la eliminatoria a dos en el cuarto partido al derrotar a Cornet. Y formó tandem con Pliskova para acabar decantando la balanza a favor de la República Checa.
- Lucie Hradecka: es la sparrin del equipo checo y ha estado en cuatro de las cinco Fed Cup. No ha jugado ningún partido en la final contra Francia, pero fue decisiva en el quinto partido de las semifinales contra Suiza al vencer junto a Pliskova a la pareja suiza formada por Goluvic y Hingis.
Viendo la juventud y confianza de las integrantes de este equipo checo, la pregunta puede resultar estúpida. ¿Quién será capaz de derrotar a la República Checa en la Fed Cup?
La primera rival hacia la consecución del título será la España de Garbiñe Muguruza y Carla Suárez.