Después de caer en los cuartos de final del WTA de Shenzen, sucumbir en la gran final del WTA de Sidney, no pasar de la segunda ronda del Open de Australia y perecer también en su primer partido en el WTA de Doha, Agnieszka Radwanska llegaba al WTA de Dubái ubicada en el sexto puesto del ránking WTA y siendo la cabeza de serie número cuatro del torneo, quedando exenta por tanto de la primera ronda del evento para comparecer sobre la pista en la segunda ronda, donde al otro lado de la red aparecía la qualy belga Elise Mertens, que tras superar la fase previa conseguía dejar en la cuneta en la primera ronda a la búlgara Tsvetana Pironkova. El duelo estaba servido en la Pista Central en busca de un puesto en la tercera ronda, dejando a un lado los nervios del duro partido por parte de la belga y del estreno en el torneo por parte de la polaca.

Radwanska no patina

Con la eliminación de Karolina Pliskova y el abandono de Garbiñe Muguruza, Agnieszka Radwanska tenía ante sí la oportunidad de poder hacer algo grande en Dubái, por lo que la tenista polaca salía con convicción a pista para batirse en duelo con Elise Mertens, procedente de la qualy. Contra todo pronóstico, Mertens arrancaba el choque con una marcha más, siendo capaz de romper el servicio de su contrincante a las primeras de cambio para a continuación consolidar el break obtenido yéndose hasta el 0-2. No sería más que un mero espejismo el gran inicio de Elise, que se encontraba con una rápida reacción de Radwanska ante la que nada podía hacer.

Agnieszka solventaba su segundo servicio fácilmente y al instante rompía el servicio de su rival para igualar la contienda a dos juegos. Pero no había hecho más que empezar el festival de juego que imponía sobre la pista la cuarta cabeza de serie del torneo de Dubái, rompiendo por segunda vez el servicio de Mertens para ir rauda y veloz hasta el 5-2. De ahí en adelante Agnieszka Radwanska controlaba a la perfección todos los puntos del primer parcial hasta llegar al 5-3, donde son su servicio era capaz de colocar el 6-3 en el electrónico después de 37 minutos de partido.

Mertens lo intenta contra viento y marea pero se ve obligada a claudicar ante el poderío de su rival

Comenzaría pisando fuerte en la segunda manga Radwanska, que a las primeras de cambio disponía de una bola de rotura que no dudaba en aprovechar para convertir el 1-0. A pesar de todo Elise no iba a vencer barata su derrota, y es que la tenista belga se venía arriba recuperando la rotura sufrida anteriormente para igualar la contienda a un juego, poniendo las dudas sobre la raqueta de Agnieszka. El hecho de que Mertens fuera capaz de romper el servicio de Radwanska no provocaba que la polaca dejara de ser la clara dominadora del choque, puesto que tan solo un juego más tarde era capaz de romper el servicio de la belga para colocar el 2-1 en el marcador e irse al instante hasta el 3-1 con la consolidación del break.

Con velocidad de crucero hacia la siguiente ronda, la polaca disponía de ni más ni menos que tres bolas de quiebre, aprovechando la primera para subir el 4-1 al electrónico, certificando su rotura nuevamente con su saque para llegar hasta el 5-1 quedando a solo un juego de llevarse el partido. Mertens alargaría un juego más el choque pero no podría hacer nada para evitar que Agnieszka Radwanska se llevara el segundo parcial por 6-2 y por ende se hiciera con la victoria por 6-3 y 6-2 después de una hora y diez minutos de partido.