En los Estados Unidos, se llevan adelante multitudes de torneos de gran envergadura que ocupan un buen terreno en el calendario profesional. A la espera de lo que será un nuevo Grand Slam, más precisamente en la ciudad de Nueva York, cuando se ponga en marcha el reconocido y prestigioso torneo del Us Open, el tenis se trasladó a la capital del país donde se disfruta y celebra la realización del ATP 500 de Washington con la participación de muchos de los tenistas de mayor ranking, quienes acuden al evento con el objetivo de encontrar el nivel exacto que le permita coronar una buena actuación en los dos másters 1000 que se avecinan y en el torneo previamente mencionado.

Por la segunda ronda del certamen, Kei Nishikori, quien ocupa la posición número nueve en el ranking ATP y se encuentra, en la actualidad,  atravesando un período de poca regularidad y escasa confianza que lo hacen incapaz de reencontrarse con el nivel tenístico que lo llevó a lo más alto del deporte, se enfrentó con el temido estadounidense Donald Young, un tenista completo, ágil y que tiene características que lo convierten en un rival capaz de darle batalla a cualquier jugador de élite. Luego de luchar y disputar un partido con muchos cambios y grandes emociones, el nipón impuso toda su jerarquía para avanzar a los octavos de final del certamen. Fue 6-3, 4-6 y 7-6 (5) luego de dos horas y veinticinco minutos de juego.

El partido comienza muy cambiante

Las mutaciones recurrentes tanto en el resultado como en el patrón dominante en el partido, fueron características muy notorias en el primer set. Ambos consiguieron romper en más de una oportunidad del saque de su rival otorgándole al encuentro cierta inestabilidad y múltiples emociones. A su vez, el mismo se convirtió en un escollo difícil de pronosticar por lo impredecible que se hallaron los estados anímicos y el nivel de juego de los protagonistas.

Sin embargo, el partido apeló mucho a la función emotiva y la tensión fue una sensación vibrante que mantuvo a los presentes en el estadio central de Washington enchufados y compenetrados con el partido. Nishikori fue el que más arriesgó, alcanzando nueve errores no forzados y la misma cantidad de tiros ganadores. Con jerarquía y también un poco de fortuna, el nipón se quedó con el primer set por 6-3. A pesar de ello, nada estaba dicho ya que Donald Young a base de garra y grandiosos e impactantes winners, prometía no darse rápidamente por vencido.

Young pone en peligro al japonés

Durante el segundo parcial, Nishikori se metió en problemas, y las fallas, en gran medida con su derecha, comenzaron a ser más continuas. Por su parte, Young aprovechó los altibajos  que se están haciendo costumbre en su adversario en la presente temporada y fue inteligente para desplegar en la cancha un buen tenis  que incluyó notables cambios de direcciones, pelotas profundas con mucho top y un enorme espíritu de lucha para no dar bola por perdida. El pleito se tornó muy equilibrado, parejo, incierto y pequeños detalles fueron decisivos para que el norteamericano se quede con el parcial por 6-4, dándole una paridad justa al encuentro por lo que ambos mostraron sobre la pista estadounidense.

El tercer set fue muy inquietante: Nishikori con mucha inteligencia, jugando derechas muy abiertas y  golpeando virtuosos golpes paralelos con su revés, parecía tener las claves para derribar el complicado  y agresivo juego que se planteaba desde el otro lado de la red. En el comienzo del parcial, el número nueve del planeta dispuso de cinco break point, pero, algunos errores de su parte sumado al coraje y la valentía para jugar esos puntos por parte de Young, hicieron que el encuentro continúe con una paridad absoluta.

El japonés –que había comenzado muy firme y llegó a generar ocho pelotas de quiebre-, comenzó a disminuir su ritmo, empezó a hacerse más vulnerable y, lógicamente, el cansancio con el transcurso de los juegos fue jugando su parte en el asunto. El actual 58 del ranking es un tenista muy inquieto, hábil, activo y encontró, en el último tramo del set, grandes oportunidades para dar el batacazo y eliminar al segundo preclasificado del torneo. Si bien no pudo ocasionar ningún break point, logró poner contra las cuerdas a un rival un poco desahuciado por no haber capitalizado ninguno de los puntos de break que se la presentaron a lo largo del parcial.

Nishikori concretó 30 winners y 40 errores no forzados

 

 

 

 

Si algún condimento especial le faltaba a la definición del compromiso, el tiebreak se encargó de aportarlo. Brindando un mayor suspenso y dándole un tono épico y emocionante al pase a los octavos de final, la muerte súbita llenó de nerviosismo y tirantez a los jugadores. Nishikori fue astuto, audaz y jugó en un nivel superior el tramo decisivo, y por ello, logró  superar a Young por 7-6 (5). El nipón, jugó un partido un tanto irregular, cosechó muchos tiros ganadores pero también falló más de lo deseado. Sin embargo, sacó adelante una jornada que, tranquilamente, pudo haber sido diferente. En la siguiente ronda, se enfrentará nada más ni nada menos que con el tres veces campeón en Washington, el argentino Juan Martín Del Potro.