El 12 de septiembre de 2016 Angelique Kerber alcanzaba el número uno del mundo convirtiéndose en la segunda tenista alemana en conseguirlo tras la gran Steffi Graf. La tenista de Bremen protagonizó un año soñado en el que conquistó sus dos primeros títulos de Grand Slam, el Open de Australia y el US Open, además de vencer en la tierra batida de Stuttgart. A estos tres entorchados, la alemana añadió las finales de Wimbledon, Cincinnati, Brisbane, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y de las Finales de la WTA en Singapur. Pero casi un año después no queda prácticamente nada de la tenista que, a base de talento y de una garra descomunal sobre la pista, sometió a todas sus rivales (incluida Serena Williams) para alcanzar la cima del tenis femenino.

Una final en Monterrey como mejor resultado en 2017

Y es que la alemana no ha dado nunca la sensación de poder con la presión que conlleva defender el número uno del mundo, algo que ya se empezó a notar nada más conseguirlo. Tras lograr su triunfo en 'Flushing Meadows', Kerber no ha vuelto a ganar un título y solamente ha llegado a dos finales, la citada del Masters de Singapur que sirvió como punto y final del 2016 y en la que cedió ante la eslovaca Dominika Cibulkova y la final del torneo Internacional de Monterrey (México), en el mes de abril, cayendo ante la rusa Pavlyuchenkova

Kerber se encuentra ahora mismo en la decimosexta posición en la carrera hacia Singapur, a 1579 puntos de la octava y última posición que da derecho a participar en el Masters Los números hablan por sí solos. El año pasado la teutona logró 60 victorias por 17 derrotas. Este año lleva 35 triunfos y sólo una derrota menos que en 2016 (25-16). Pero no sólo las estadísticas reflejan los problemas de Kerber durante este año, también el sufrimiento y el desgaste en pista que ha tenido que realizar la alemana para conseguir sus, hasta ahora, pocas victorias en lo que llevamos de año. Su última derrota ante la rusa Ekaterina Makarova en el torneo de Cincinnati no hacen más que confirmar esta triste realidad. Los encuentros de Kerber durante esta temporada se han convertido en un auténtico calvario para la pupila de Torben Beltz y muchos de ellos con el mismo desenlace. 

Quitando las semifinales en el Premier de Dubai y los cuartos de final en Miami, Brisbane y en Eastbourne, el rendimiento de Kerber en los principales torneos del circuito ha sido más que decepcionante, especialmente en los Grand Slams, con los octavos de final, tanto en Australia como en Wimbledon, como sus mejores prestaciones en un año en el que la alemana volvió a despedirse de Roland Garros en la primera ronda. 

Angelique Kerber saluda a Coco Vandeweghe tras su derrota en los octavos del Open de Australia. Foto: zimbio.com
Angelique Kerber saluda a Coco Vandeweghe tras su derrota en los octavos del Open de Australia. Foto: zimbio.com

Y lo peor para Kerber es que el futuro a corto plazo no se le presenta nada halagüeño. Dentro de una semana dará comienzo el último 'Grande' del año, el US Open, lo que significa que la alemana tendrá que enfrentarse, de nuevo, a una enorme presión al tener que defender los 2.000 puntos como consecuencia de su triunfo ante Karolina Pliskova en la pasada edición. En estos momentos, defender tal cantidad de puntos se antoja una misión casi imposible para la buena de Angelique que, por si fuera poco, necesita imperiosamente sumar muchos puntos en este tramo final de temporada para no quedarse fuera de la Copa Masters de Singapur, torneo en el que, como ya hemos comentado anteriormente, es la actual subcampeona. 

Un 2016 por encima de sus posibilidades

Si la situación no da un giro radical en este tramo final de año, Angelique Kerber tiene muchas posibilidades de quedarse fuera de las Finales de la WTA que un año más se disputarán en Singapur. Pero lo que hay que reseñar es que quizá el 2016 tan fabuloso que protagonizó la alemana estuvo bastante por encima de su nivel medio. A lo largo de su carrera, Angelique Kerber ha sido una tenista más acostumbrada a cerrar el top10 que ha encabezarlo. En 2012, su primer año en la élite, finalizó en la quinta posición mientras que en 2013 y 2014 acabó en novena y décima posición, respectivamente. En 2015, un año antes de su explosión definitiva, repitió cerrando la lista de las diez mejores del mundo. 

Kerber, con la cabeza hacia abajo tras tener que retirarse en Madrid por lesión. Foto: zimbio.com
Kerber, con la cabeza hacia abajo tras tener que retirarse en Madrid por lesión. Foto: zimbio.com

Quizá su nivel en este 2017 tampoco sea el esperado, pero no se puede negar que lo que la teutona logró en 2016 fue algo extraordinario y prácticamente irrepetible. Sea como fuere, aún quedan puntos y temporada para que la actual número seis del mundo vuelva a ser la tenista que deslumbró el pasado año, aunque mucho tienen que cambiar las cosas, sobre todo a nivel mental, para que eso ocurra. 

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Sobre el autor
Manuel García
Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.