Un Federer distinto fue el que se vio en cancha en la noche de sábado un poco lluviosa, en Nueva York. Porque a diferencia de la trabajosa victoria contra el juvenil Francés Tiafoe en la primera ronda y el ruso Youzhny (101°), salió un jugador más seguro y firme con cada uno de sus golpes, que sabe bien el potencial que tiene y lo que puede dar.

Quizás no haya sido un comienzo de la mejor manera, si pensamos en el envión anímico que significaba a sus más de 35 de ver la plenitud, toda la belleza, la calidad tenística  y el estilo del jugador que más torneos grandes ha ganado y el que por mayor cantidad de semanas fue número uno del mundo, haber conseguido un nuevo trofeo en Wimbledon. Es que allí se alimentó la ilusión de que la leyenda aún no muere, continúa intacta.

Fue toda una gran preparación la de Federer para el último Major del año, bajo la asesosría  su entrenador Lujbicic, pero jamás hubiese pensado que desde el inicio y con un jugador Next Gen (jóvenes promesas de hasta 20 años entre las primeras posiciones) el objetivo podría no ser tan sencillo, o al menos no en los primeros partidos.  Su última participación había sido, de hecho en el Masters 1000 canadiense en el que cayó contra Alexander Zverev, por 6-3 y 6-4. Se venía el US Open y debía revalidar este buen año.

Llegaba como preclasificado número tres y ante las ausencias ya lógicas de Djokovic y Andy Murray, Nadal es quien se presentaba como el gran rival, pero se lo enfrentaría en unas hipotéticas semifinales. Tiafoe, un jugador del que sabía de sus cualidades, pero nunca lo había enfrentado en cancha y demostró ser un gran peligro, se impuso en la primera manga y todo parecía cerrarse con un 6-2 y 6-1 de Federer. Un deslucido cuarto set para el suizo llevaron las cosas al quinto donde terminó despejando las dudas, pero con cierta preocupación. Con Youznhy ya registraba varios partidos, desde el 2012, todos con victorias. La última había sido en el ATP 500 de Dubai. Sin embargo en la segunda ronda y con un buen 6-1, el ruso volvería a ponerlo en jaque, tras un tie break 7-6(3) y 6-4, donde Federer enciende sus motores y salva el partido, pero otra vez en cinco parciales, 6-4 y 6-2 los últimos dos para enfrentar al español Feliciano López, muy conocido en el circuito.
 

                              El Partido

Ahora sí, con la firmeza del pentacampeón de los Estados Unidos y el mejor de todos los tiempos salió a atropellar a su rival, a quien enfrentó con victoria, por última vez en Cincinnati 2015. Todo el despliegue tenístico, la simpleza, la cantidad de Aces producidos en el partido, 13, hicieron ver que había aparecido el Federer que se esperaba en el torneo. Con la mira en las semifinales, donde podría chocar con Nadal, logró un quiebre en el sexto game y pese a que los siguientes fueron disputados fue un 6-3 con claridad.

El segundo set era la carta del partido, si el suizo lograba ganarlo de la misma manera, sin duda ya habría una cierta inclinación. Las cosas marchaban más complicadas, el cuarto game lo logró después de tener dos oportunidades de break. pero llegaría el séptimo y el 4-3 para quebrar el saque del español, quien había accedido a dicha instancia luego de superar a su compatriota Fernando Verdasco y el retiro del canadiense Pospisil. Con el octavo en el bolsillo, parecido al cuarto, se llevaría un 5-3 y  ponerse a tiro de un segundo game de corrido.  Quebró por segunda vez en el parcial, el servicio de Feliciano López y se lo llevó por 6-3.

El panorama era alentador y estaba en manos del suizo resolver el partido en tres sets corridos, algo que sería normal en otras circunstancias, pero que ahora no lo era tanto. Sería un interesante duelo de voleas, tiros desde el fondo de la cancha y puntos más largos algo que a Federer le venía incomodando, dado que está más acostumbrado al césped donde juega más pegado a la red. Conseguiría otra rotura del saque y el 3-1, que no duraría demasiado ya que al siguiente lo perdería, no así sus esperanzas de poder cerrarlo. Después de el set más largo otro break fue la conquista del partido y un Federer mucho más parecido al que nos tenía acostumbrados, sobre todo en este gran año desde su regreso. Su majestad va por la sexta corona en Flushing Meadows, pero antes está Nadal y mejor dicho en la cuarta ronda (octavos de final) el alemán Philip Kolschrieber.