Esta segunda parte de 2017 se ha convertido en un auténtico infierno para Johanna Konta. La británica, actual número siete del mundo, ha pasado de maravillar en torneos como Sidney, Miami o Wimbledon a no ganar un sólo partido desde el pasado 17 de agosto en Cincinnati. Por cuarta vez consecutiva, Konta ha salido por la puerta atrás de un torneo WTA, en esta ocasión, del último Premier Mandatory del año, Pekín, torneo en el que, precisamente, disputó la final del año pasado cayendo ante la polaca Agniezska Radwanska. Un año después, su verdugo ha sido la rumana Monica Niculescu, que ocupa el puesto 65 del ránking y ante la que la británica sólo ha podido hacer tres juegos (6-1 y 6-2) en poco más de una hora de juego. 

Partido para olvidar por parte de Konta, que acabó con 38 errores no forzados y cediendo en cuatro ocasiones su servicioLa rumana, con su peculiar derecha cortada, anuló completamente a su rival, incapaz de pasar la bola al otro lado de la red más de dos veces. Cada vez que Niculescu jugaba de cortado no obtenía ninguna respuesta por parte de una Konta totalmente atrapada y que no paró de cometer errores de bulto durante todo el partido. En 29 minutos, Niculescu cerró el primer set por 6-1 después de adelantarse por 5-0 en un visto y no visto. 

No hubo reacción de Konta, sumida en un bloqueo total, tanto tenístico como mental. La jugadora de origen australiano ganó su primer servicio de la segunda manga pero acto seguido volvió a encajar un nuevo parcial de cinco juegos a cero que sentenció de manera definitiva el encuentro. Tras una hora y cuatro minutos, Niculescu selló su victoria (6-2), la segunda que logra frente a su rival de hoy en tres enfrentamientos, y ya espera rival para la segunda ronda que saldrá del choque que disputarán mañana lunes la estadounidense Shelby Rogers y la china Shuai Peng

Konta, por su parte, tendrá que confiar en que sus inmediatas perseguidoras de cara a obtener un billete para el Masters de Singapur también caigan pronto, en particular, la francesa Caroline Garcia que, tras su triunfo en el día de ayer en el Premier 5 de Wuhan,  se encuentra en la novena plaza a poco más de 700 puntos de la británica. Pero lo que parece claro es que la mayor enemiga de Johanna Konta es ella misma. Tiempo y torneos tiene, pero la desconfianza es cada vez mayor en una jugadora que, ahora mismo, no parece ser capaz de ganar a nadie.