Última jornada del grupo Blanco del Masters de Singapur. Venus Williams se enfrentaba a Garbiñe Muguruza por un puesto en las semifinales del torneo. Los dos últimos enfrentamientos se los había apuntado Garbiñe, Los tres primeros habían caído del lado de la veterana Venus.
Muguruza no supo aprovechar la ventaja
El partido comenzó con juegos muy igualados y opciones de rotura para ambas, en los momentos críticos, las dos se sacaban golpes de gran calidad y el marcador se mantuvo igualado. En el quinto juego, Venus cometió dos dobles faltas seguidas y cedió su saque. Parecía cansada tras el partido anterior contra Ostapenko que fue muy largo y extenuante para la veterana americana. Sin embargo Garbiñe no podía consolidar el break. Williams se recuperó y llegaron al cinco iguales. Tras apuntarse el siguiente juego, Venus esperó su oportunidad para cerrar el set al resto. Garbiñe cometió un error garrafal con un golpe paralelo con toda la pista para ella y concedió dos bolas de set a su rival, Aquí llegó la sentencia de esta manga. Venus rompió y se apuntó el siete a cinco a su marcador en 55 minutos.
Venus aguantó mejor la presión
Sam Sumyk, el entrenador de la caraqueña, bajó a pista y le dijo a su pupila que cambiara de actitud, que tirara con mas intención y mas fuerte. Al inicio del set, el consejo hizo efecto. Muguruza rompió de inicio y aunque cedió su saque en el siguiente juego, la española volvió a tomar ventaja y se puso con un prometedor tres a uno. Este fue casi su último coletazo, la americana reaccionó y tiró de experiencia para recuperar el marcador. Volvieron a romperse y ahora el marcador era de cuatro iguales.
Venus sacó adelante su servicio con autoridad y se dispuso a ganar el partido al resto. Garbiñe cedió sus dos primeros puntos, un peligroso 0-30 que la hermana mayor de Serena no dejó escapar, con un seis a cuatro y en una hora y 41 minutos, consiguió su pase a las semifinales que celebró cerrando el puño y con una gran sonrisa. Garbiñe se despide de su mejor temporada, campeona en Wimbledon y en Cincinnati, lo que le ha llevado a ser la número uno del mundo.