Con el mes de Diciembre a la mitad, los tenistas ya se encuentran preparando el próximo curso que arrancará en un par de semanas, por lo cual es momento de valorar lo que ha dado de sí el 2017 para el tercer mejor tenista español del curso, el castellonense Roberto Bautista, quien ha cerrado la campaña en el puesto número veinte del ránking ATP. Una temporada en la que Bautista sumó un balance de cuarenta y ocho victorias por veintiún derrotas, siendo capaz de alzar los brazos en dos torneos: Chennai y Winston-Salen. 

Mejor comienzo, imposible

Once meses atrás y en el verano de Oceanía, Roberto Bautista comenzaba su temporada en el Aircel Chennai Open, un torneo de categoría ATP 250 en el que conseguía derrotar a Rogerio Dutra Silva, Mikhail Youzhny y Benoit Paire, para conseguir coronarse campeón venciendo en la gran final a Daniil Medvedev. Tras el éxito obtenido en su primer torneo de la temporada, Bautista llegaba al primer Grand Slam de la temporada, el Open de Australia, cargado de moral y sobre todo, con mucho que ganar, siendo capaz de imponerse a Guido Pella, Yoshihito Nishioka y David Ferrer para terminar cayendo en cuarta ronda ante el canadiense Milos Raonic. Tras su paso por Oceania, el tenista castellonense volvía a Europa para participar en la primera eliminatoria de la Copa Davis en la que España se enfrentaba a Croacia siendo visitante en Osijek, siendo pieza clave del triunfo español al ser capaz de imponerse tanto a Ante Pavic como a Franko Skugor, el primero en tres cómodos parciales, y el segundo en un apretado encuentro de cuatro sets donde hubo dos muertes súbitas.

Tras la inyección de moral obtenida en el torneo copero, Bautista acudía a uno de sus torneos predilectos durante las útlimas campañas, el ATP 250 de Sofía, cita en la que era capaz de imponerse a Cedrik-Marcel Stebe y Gilles Muller, para acabar sucumbiendo frente a ni más ni menos que el belga David Goffin en tres apretados parciales donde el triunfo pudo caer de cualquier lado. Mucho peor le iría sin ninguna duda a Roberto en el primer ATP 500 de la temporada en el que tomaba partida, puesto que sobre la pista dura de Dubái el castellonense tan solo era capaz de vencer a Karen Khachanov, cayendo en segunda ronda frente a su compatriota Fernando Verdasco.

Tras despedirse rápidamente de Dubái, Bautista ponía rumbo a Estados Unidos para tomar partida en los primeros Masters 1000 del curso, despidiéndose rápidamente de Indian Wells, puesto que tras doblegar a Adrian Mannarino, no podía derrotar a su compatriota Pablo Carreño. Mejor le iría  en Miami, pero Bautista tras dar cuenta en dos y tres sets respectivamente de Mikhail Kukushkin y Sam Querrey, nada podía hacer para imponerse al suizo Roger Federer, quien en dos tie breaks daba cuenta de él.

De menos a más sobre la tierra batida

Volviendo nuevamente a Europa, Bautista comenzaba la gira de tierra batida con mal pie en el Masters 1000 de Montecarlo, cita en la que se deshacía de Nikoloz Basilashvili, para a continuación tener que claudicar ante el argentino Diego Schwartzman. Tras el fiasco monegasco, el tenista castellonense ponía rumbo al Barcelona Open Banc Sabadell, torneo en el que nuevamente las cosas no le iban bien al superar a Jan-Lennard Struff para caer en la tercera ronda contra su compatriota Albert Ramos, siendo el ATP 250 de Munich donde las cosas comenzarían a tomar mejor rumbo para Roberto, que tras imponerse a Marius Copil y Yannick Hanfmann llegaba a semifinales, donde nada podía hacer para doblegar al alemán Alexander Zverev. Continuando por tierras españolas, Bautista ponía rumbo al Mutua Madrid Open, cita en la que caía a las primeras de cambio al no poder plantar cara a Ivo Karlovic en primera ronda.

De ahí en adelante el broche de oro llegaría en el Masters 1000 de Roma, donde Roberto caía en tercera ronda ante Novak Djokovic tras vencer previamente a Alexandr Dolgopolov y Pablo Carreño, para que ya en Roland Garros, segundo Grand Slam de la temporada, el castellonense lograra vencer a John Millman, Mikhail Kukushkin y Jiri Vesely, para que ya en cuarta ronda se cruzara en su camino el rey de la tierra batida, Rafael Nadal, quien tan solo le permitía a Bautista anotar cinco juegos en todo el encuentro. Cambiando de superficie, el castellonense pasaba de la tierra batida a la hierba del Gerry Weber Open de Halle, cita en la que llegaba hasta los cuartos de final, donde nuevamente se cruzaba en su camino el alemán Alexander Zverev. Con dos triunfos y una derrota sobre el césped, Bautista llegaba al tercer Grand Slam de la temporada, en Wimbledon, buscando rendir a su mejor nivel, algo que lograba en sus tres primeros encuentros doblegando a Andreas Haider-Maurer, Peter Gojowczyk y Kei Nishikori, para sucumbir en cuarta ronda contra Marin Cilic en tres parciales en los que el castellonense no pudo hacer absolutamente nada.

Las Américas le sientan bien

Buscando mantener las buenas sensaciones mostradas sobre la hierba, Bautista llegaba al ATP 250 de Gstaad sobre tierra batida siendo capaz de llegar hasta ni más ni menos que las semifinales, donde Fabio Fognini se cruzaba en su camino y le enviaba rumbo a su siguiente parada, en el Masters 1000 de Montreal en Canadá, torneo en el que Roberto lograba deshacerse de Tim Smyczek, Ryan Harrison y Gael Monfils, para no poder doblegar en cuartos de final al suizo Roger Federer, que en dos cómodos parciales se deshacía del castellonense, quien ponía rumbo al Masters 1000 de Cincinnati, torneo en el que acusaba el cansancio acumulado en los torneos previos, despidiéndose a las primeras de cambio en primera ronda ante Jared Donaldson. El hecho de caer rápidamente en Cincinnati hizo que Bautista recargara las pilas para llegar como un avión al ATP 250 de Winston-Salen, torneo en el que derrotaba a Dusan Lajovic, Marcos Baghdatis, Taylor Fritz y Jan-Lennard Struff, llegando a la gran final, donde ante Damir Dzumhur se coronaba campeón en dos cómodas mangas, levantando así el que era su segundo título de la temporada.

Poniendo punto y final a su paso por Estados Unidos, Roberto Bautista comparecía en el cuarto y último Grand Slam de la temporada, el US Open, torneo en el que el castellonense se imponía a Andreas Seppi y Dustin Brown para sucumbir en una espectacular batalla en tercera ronda contra el argentino Juan Martín del Potro. En una parada intermedia antes de poner rumbo a Asia, Bautista disputaba el ATP 250 de San Petersburgo, donde llegaba hasta semifinales para que Fabio Fognini se cruzara en su camino venciéndole en una increíble remontada. Ya en el lejano oriente, Bautista superaba las dos primeras rondas para que ya en cuartos de final nada pudiera hacer frente a Grigor Dimitrov.

Final de año lleno de sombras

En el Masters 1000 de Shanghai, Hyeon Chung le barría de la pista en primera ronda para que ya en el ATP 500 de Basilea disputara su penúltimo torneo de la temporada siendo nuevamente Juan Martín del Potro el encargado de enviarle a casa en cuartos de final. Las cosas no mejorarían en absoluto en el último torneo del curso, puesto que Roberto Bautista llegaba al Masters 1000 de París-Bercy con mucho que ganar y nada que perder, venciendo a Jeremy Chardy, para sucumbir a continuación en tercera ronda ante Marin Cilic. Punto y final a un año en el que el castellonense se encontraba en el puesto número veinte del ránking ATP con un balance de cuarenta y ocho victorias por veintiún derrotas, siendo capaz de alzar los brazos en dos torneos: Chennai y Winston-Salen.