Con el mes de Diciembre a la mitad, las tenistas ya se encuentran preparando el próximo curso que arrancará en un par de semanas, por lo cual es momento de valorar lo que ha dado de sí el 2017 para una de las claras candidatas en el pasado mes de Enero a estar entre las mejores raquetas de la temporada, comenzando el curso tenístico en una interesante quinta posición en el ránking WTA, para concluir en un lejano vigésimo sexto lugar con un balance poco favorable de veintiséis triunfos por veintidós derrotas, o lo que es lo mismo, un año en el que comenzó muy fuerte y poco a poco se fue apagando sin ser capaz de alzar los brazos en ningún torneo.

Las cosas comienzan bien

Era una de las tenistas a seguir en 2017, por lo cual en Oceanía tenía que rendir a su mejor nivel para poder mantenerse en las posiciones altas del ránking, por lo que en su primera parada en el WTA de Brisbane era capaz de llegar a cuartos de final, para a continuación sucumbir en la segunda ronda en el WTA de Sidney, no teniendo las mejores sensaciones posibles para comparecer en el primer Grand Slam del curso, el Open de Australia, cita en la que conseguía imponerse a Denisa Allertova y Su-Wei Hsieh, para claudicar en la tercera ronda frente a Ekaterina Makarova.

Tras su paso por el calor oceánico, Cibulkova daía un salto cualitativo en sus dos siguientes torneos, puesto que tanto en el WTA de San Petersburgo como en el WTA de Doha se llevaba 370 puntos, 185 en cada cita al caer en ambos torneos en semifinales, en el primero frente a Yulia Putintseva, y en el segundo contra Karolina Pliskova. Como no podía ser de otra manera, la tenista eslovaca pagaría el cansancio de dos torneos tan buenos como los conseguidos anteriormente cayendo en segunda ronda de Dubái, haciendo así rápidamente las maletas para poner rumbo a Estados Unidos.

Un cuarto puesto en el ránking que le coloca entre las mejores

Una vez aterrizó en Estados Unidos, la eslovaca se preparó a conciencia para rendir al mejor nivel posible en el WTA de Indian Wells, torneo en el que fue capaz de imponerse a Jelena Ostapenko y Krystina Pliskova, para claudicar en cuarta ronda frente a Anastasia Pavlyuchenkova, sumando así 120 valiosos puntos con los que ponía rumbo al WTA de Miami, cita en la que dejaba en el camino a Verónica Cepede y Kirsten Flikpens, para sucumbir nuevamente en cuarta ronda, pero en esta ocasión ante Lucie Safarova, valiendo los 120 puntos que obtenía para ascender hasta ni más ni menos que la cuarta posición del ránking WTA, su mejor posición en toda su carrera deportiva, y lo cual sin duda alguna tendría que mantener durante sus siguientes compromisos con trabajo y buen juego sobre las pistas.

Después de obtener su mejor ránking y entrar en la lucha por concluir la temporada en el puesto número uno, tras la maternidad de Serena Williams, quien no competiría más el resto de la campaña, Cibulkova ponía rumbo al Mutua Madrid Open, donde comenzaba la gira de tierra batida cayendo en segunda ronda, donde Oceane Dodin no le daba opciones, continuando sobre la arcilla en el WTA de Roma, torneo en el que no era capaz de superar tampoco la segunda ronda, donde se cruzaba en su camino Ekaterina Makarova, llegando así al segundo Grand Slam de la temporada, en Roland Garros, con unos resultados escasos y siendo capaz de ganar tan solo un partido a Lara Arruabarrena para a continuación sucumbir frente a Ons Jabeur.

La hierba también la sienta mal

El hecho de cambiar de superficie con la aparición de la hierba no provocaba cambio alguno en Dominika, que se despedía de 'S-Hertogenbosch a las primeras de cambio, algo que también le ocurría una semana después en Birmingham, sumando así dos primeras rondas para llegar a Eastbourne, donde no tenía que disputar la primera ronda, cayendo en la segunda, o lo que es lo mismo, su primer encuentro, frente a Heather Watson. Con tres partidos y ni una sola victoria sobre césped en toda la temporada, Cibulkova comparecía en el tercer Grand Slam del curso, y las cosas le iban mucho mejor en Wimbledon, puesto que superaba las dos primeras rondas frente a Andrea Petkovic y Jennifer Brady, para caer en su tercer encuentro ante Ana Konjuh. Sin duda alguna la pista dura le venía como anillo al dedo a la tenista eslovaca, que en la gira por norteamérica sumaba una segunda ronda en Toronto, para caer posteriormente en la tercera ronda de Cincinnati. 

Sin duda alguna la temporada de Cibulkova iba de más a menos, obteniendo resultados pobres hasta que en su camino aparecía el WTA de New Haven, cita en la que conseguía batir a Alize Cornet, Anastasia Pavlyuchenkova y Elise Mertens, para llegar hasta la gran final, donde nada podía hacer frente a Daria Gavrilova, que se coronaba campeona. Con la inyección de moral obtenida, la eslovaca comparecía en el cuarto y último Grand Slam del curso, el US Open, donde se despedía a las primeras de cambio cayendo en segunda ronda, obteniendo así tan solo 70 puntos. Ya en la gira por Asia, Cibulkova comenzaría con buen pie sumando unos cuartos de final en Tokyo para a continuación caer en tercera ronda de Wuhan, disputando su último torneo de la temporada en el WTA de Beijing, torneo en el que sucumbía en primera ronda para cerrar así un año con veintiséis triunfos por veintidós derrotas y concluir en vigésima sexta posición.