En el mundo del tenis, hay rivales sencillos para algunos que son dificilísimos para otros, Haase es un rival complicado para Del Potro, lo fue el año pasado, cuando llegaron a discutir y de donde salió el famoso dicho de La Torre de Tandil donde le dijo “Fantasma”. Haase es de esos jugadores que tienen una gran calidad pero en un momento determinado regala algo, y sus rivales deben estar atentos al presente porque si no aprovechan el tren el partido se va y queda del lado del holandés.

Por ello en partidos de las primeras ronda, más para jugadores como anoche le ocurrió al argentino que venía de ganar en Indian Wells y nada menos que a su Majestad Roger Federer en un esfuerzo superlativo, era de esperar que no iba a tener un buen partido. Pero la nueva mentalidad del argentino muy apoyado por su nuevo cuerpo técnico la victoria era innegociable. Por eso ayer fue uno de esos partidos en los que solamente se ganó y a descansar, no la tenia fácil, el sorteo previamente le había puesto a dos durísimos rivales, porque de no haber ganado Haase, el japonés Sugita le podría haber hecho un daño aun mayor, por su resistencia física y su control. Ese control que no tuvo el holandés ayer y eso lo llevó a perder el partido. El holandés después de ganarle el segundo set al argentino, lo tenía al borde del nocaut, pero bajo la intensidad, se dedicó a sobrar en algunos momentos del partido y eso con el nuevo Juan Martín no se negocia.

Por ello Delpo da la sensación de haberse hecho una promesa a sí mismo, que consiste en no dar ni una sola concesión a sus rivales. Con doce victorias consecutivas ya en su haber, queda claro que quien desee demoler la torre de Tandil tendrá que hacer magia. Robin Haase jugó bien, sabe de qué manera jugarle al argentino partido, tiró de experiencia y alternó unas muy atinadas subidas a la red con cambios de altura y velocidad magistrales; sus derechas liftadas con peso dejaban espacio para reveses cortados muy atinados y una gran capacidad de defensa, que a punto estuvo de sacar de sus casillas a Juan Martín.

Esas variantes fueron demoliendo al argentino quien en el primer set hubo una gran paridad en el juego, sin muchas presiones de ambos con las devoluciones y donde Juan Martín logró en el momento preciso quebrar en su única oportunidad que tuvo en el set y con ello le bastó para quedarse con el parcial.

En el segundo set, Haase fue superior al argentino, fue el momento donde mucho más daño le hizo, lo movió, lo puso incómodo y provoco dolores en el físico de La Torre de Tandil. Bien el holandés, que si se dedicara a jugar así constantemente estaría mucho más arriba en el ranking mundial. Y ante un Delpo que deambulo por la cancha y el europeo se quedó con el segundo set tras quebrar en el undécimo juego para quedarse con el segundo set por 7-5.

Cuando todo hacia esperar que el argentino baje aún más las defensas y que el holandés se lleve los laureles del partido, Juan Martín sacó ese corazón que por momentos sobrepasa su manera de jugar y con mucha garra y coraje, se llevó el partido tras quebrar el partido luego de quebrar en dos oportunidades y así redondear el marcador por 6-2. Es apasionante ver a Juan Martín Del Potro luchar con ilusiones renovadas y batirse el cobre por cada triunfo como si fuera el más importante de todos. Honrado, trabajador y apasionado, el de Tandil está haciendo un homenaje al tenis con una racha no solo de resultados, sino también de juego y actitud. Su siguiente rival en el Masters 1000 Miami Open 2018 será el japonés Kei Nishikori, en lo que supondrá un nuevo examen para el jugador del momento.