Steve Johnson sufrió pero al final fue quien ganó la final contra Tennys Sandgren en tres sets sobre la tierra batida del Abierto de Houston. Con parciales de 7-6, 2-6 y 6-4 el californiano defendió su título del 2017. Un partido tan parejo como el que se esperaba en base al gran tenis desplegado por ambos tenistas en su camino a la gran final. Por un lado estaba Johnson, de Redondo Beach (California) que había jugado tres de sus cuatro partidos en el torneo a tres sets.  Fue en la primera ronda cuándo tuvo que venir de atras para montar una remontada ante Ernesto Escobedo. Como dato curioso, Johnson sólo se enfrento a rivales de su país durante todo el torneo.

En la gran final no fue la excepción. Sandgren de Gallatin (Tennessee) era su último obstaculo para buscar su tercer título en el tour. El jóven de 26 años había dejado en el camino a un ruso, dos argentinos y un croata para llegar al partido del domingo. Para el oriundo de Tennesse, su clasificación a la final se dió tras dos partidos a dos sets y dos más que se definieron en tres parciales. Así que ambos llegaban al último duelo del torneo con buenas sensaciones y hambre de triunfo. 

Era la primera final entre dos norteamericanos en el torneo desde el 2015. Desde el principio los puntos eran largos, haciendo que ambos tenistas mostraran sus cualidades físicas para ir sumando. El campeón defensor logró crear varias oportunidades de quiebre, pero no fue muy efectivo a la hora de intentar convertir las oportunidades en puntos a su favor. Por lo tanto, el set se tuvo que definir con tiebreak y fue ahí dónde Johnson se pudo imponer. En el segundo parcial Sandgren apretó y aprovechó que su rival bajó la guardia. Así logró quebrar en dos ocasiones e igualar el partido a un set por lado. 

El último y definitivo no defraudó a los espectadores en la cancha central del River Oaks Country Club. Sandgren lo empezó ganando pero Johnson no tardó en reaccionar. Cada jugador logró que se respetara su saque hasta llegar al 4-4. Fue entonces que Johnson tuvo su primera oportunidad de quiebre en el set y con un error no forzado de su oponente encontró lo que necesitaba para encaminarse al triunfo. Un triunfo con valor de campeonato que pudo sellar con su saque después de dos horas y 22 minutos de juego. Así el californiano de 28 años repite como campeón en Houston para lograr su tercer título como profesional en tres años consecutivos.