El tenista español Pablo Andújar ha vuelto a saborear el éxito este fin de semana después de ganar el torneo ATP de Marrakech ante el jugador británico Kyle Edmund. Andújar ha estado apartado de la competición a consecuencia de una lesión en el codo de la que se ha operado en diversas ocasiones, "Siento mucha felicidad", confesó. "Es la recompensa al trabajo en la sombra. Ya nadie se acordaba de mi, y yo seguía creyendo, a pesar de mis momentos peores y mejores, pero al final la constancia ha hecho que pueda jugar sin dolor, y que pueda olvidar lo peor".

El jugador conquense ha conseguido en dos semanas seguidas dos títulos (un Challenger en Alicante y el ATP 250 de Marrakech) que le han permitido subir posiciones en el ranking y acercarse al top 100 y, aunque no se marca objetivos, cree que si juega sin dolor podrá seguir ascendiendo en la tabla, "no me puedo marcar metas, ni de ranking, ni torneos, eso es básico. Si no hay dolor la consecuencia será subir en el ranking".

Después de estar durante tanto tiempo con la lesión, el tenista se ha dado cuenta de los pequeños detalles de la vida, "El tenis era mi vida y ahora forma parte de mi vida. Ahora tengo otras cosas, un hijo, una mujer, familia, amigos, y antes quizás pensaba más en el circuito. Cuando uno está tan metido no se da cuenta de esas pequeñas cosas que son las mas grandes", manifestó.

Durante el torneo en Marruecos, Andújar fue de menos a más y mostró un gran nivel ante el número 23 del mundo. Sobre la final explicó que había "jugado bien", pero "también tuve nervios, porque hay cerrar un partido que tienes que hacerlo para ganar un torneo, y no es algo que haga habitualmente", apuntó. Andújar explicó que se ha tenido que adaptar al nuevo ritmo de juego en el tenis pues "la gente juega de forma más rápida que antes", pero también "hay jugadores mayores de 30 que se han ido adaptando y yo soy uno de ellos. Siempre he confiado en mí, si no lo hubiera hecho no hubiera vuelto a jugar al tenis", concluyó.