Un premio al esfuerzo. Kei Nishikori superó una gran prueba de carácter al derrotar a Alexander Zverev en tres parciales. El japonés perdió la primer manga por 6-3 pero puedo recuperarse y sostener el nivel en las instancias decisivas, cosa que no logró el alemán. Fueron 2.15hs de un gran partido que le dieron el pase a la final al número 36 del ranking.  

El día y el escenario eran espectaculares para mostrar definitivamente que estaba nuevamente listo para grandes cosas. En la final esperaba un Rafael Nadal que arrolló con todo lo que tuvo enfrente. El tener al número cuatro del mundo del otro lado de la red y perder el primer set no rindió a un Kei Nishikori tan estratégico como ambicioso que logró revertir un gran partido y acceder a la final.

El primer set fue 6-3 en 38 minutos para Zverev. El alemán, pese a no tener un gran porcentaje de primeros servicios, ganó los nueve puntos que disputó con ese saque. Esa cifra sumada a dos aces y una sola doble falta hicieron que no ceda oportunidades de quiebre. El japonés, por su parte, tuvo un 70% de primeros servicios, de los cuales ganó el 57%. Pese a tener mejores porcentajes que su rival, una serie de errores en los momentos menos indicados hicieron que el alemán tenga dos chances de quiebre. Zverev no desperdició las oportunidades y se hizo de las dos. Esa certeza en los momentos claves hizo que el número cuatro del mundo se adueñe del primer parcial.  

En el segundo set la historia cambió radicalmente. Zverev mantuvo un bajo porcentaje de primeros servicios, pero a diferencia del primer parcial no logró una buena suma de puntos ganados con esa condición. Nishikori, en cambio, alcanzó un 67% de primeros saques y ganó el mismo porcentaje de ellos. El alemán volvió a concretar el 100% de sus oportunidades de quiebre. Tuvo una chance y la cerró. Pero a diferencia del primer set, el japonés generó varias chances de hacerse con el saque de su rival. De cuatro oportunidades aprovechó tres, por lo que la balanza se inclinó en su favor. En 39 minutos, el segundo set cerraba 6-3 en favor del asiático.

El tercer parcial fue parejo por donde se lo mire. Los peloteos de fondo se intensificaron, sobre todo por el lado del revés. El japonés logró mayor cantidad de puntos de la mano de los ángulos conseguidos y las variantes que encontraba mientras se sucedían los puntos. Ambos jugadores tuvieron tres oportunidades de quiebre en el set definitivo y sólo uno pudo concretar una de ellas: el ganador. Nishikori marcó la diferencia a raíz de su pulso firme en el momento indicado, cosa que no pudo tener el alemán. En casi una hora de juego, el tercer set quedó 6-4 para el número 36 del mundo.

Nishikori está de vuelta. Luego de largos meses de inactividad y un regreso con un andar irregular, el asiático logró mostrar a lo largo de este torneo que está nuevamente para cosas serias. En la final espera nada más y nada menos que Rafael Nadal. El número uno del mundo aplastó a todo aquel que se le paró enfrente, sin importar ranking ni nacionalidad. Entre el español y el japonés disputaron once encuentros, de los cuales Nadal se hizo con nueve. Pero si hay alguien que puede frenar al toro de Manacor es Kei Nishikori. Por templanza, por calidad y por variantes pareciera que el japonés puede lograrlo. Habrá que esperar hasta mañana. Mientras, nos imaginamos una gran final