Duelo de futuro en la segunda ronda del ATP 500 de Barcelona. Diego Schwartzman y Stefanos Tsitsipas se enfrentarían en la Pista 1 en un choque muy interesante, a priori igualado, en el que buscarían una de las últimas plazas en los octavos de final. En una jornada llena de sorpresas, como las derrotas de Nishikori y Djokovic, era la parte baja del cuadro la que, ahora, cobraba una mayor importancia; una zona baja donde se ubican estos dos jugadores, por lo que tendrán que trabajar, y mucho, para llegar lejos en este Conde de Godó.

El argentino Schwartzman es una de las grandes sensaciones de la temporada. Nº17 del ranking mundial, el sudamericano se proclamó, en febrero, campeón del ATP 500 de Rio de Janeiro, además de firmar buenas actuaciones en el Open de Australia y en la Copa Davis. Buscando mantener esa condición de Top-20, Schwartzman quiere despegar en esta gira de tierra batida tras su decepcionante actuación en Montecarlo. A su favor, hay que decir que el argentino ya sabe lo que es ganar a su contrincante en el día de hoy, ya que derrotó a Tsitsipas en el ATP 250 de Amberes, en octubre del año pasado, para ganarse un billete a la final del certamen belga.

Stefanos Tsitsipas es otra de las buenas noticias que nos deja el circuito en este 2018, y es que el único representante del tenis griego entre los 900 primeros lugares del ranking ha logrado consolidarse entre los cien mejores, algo extremadamente complicado a tan temprana edad, y en los tiempos que corren para este deporte. El joven jugador de 19 años, consistente durante toda la temporada, ha llegado a cuartos de final en Doha y Dubái, y superó la fase previa en el Masters de Montecarlo, donde caería en segunda ronda ante Goffin.

Tsitsipas conquista el primer set ante un involutivo Schwartzman

Horario difícil, en cuanto a público, para este duelo entre Schwartzman y Tsitsipas. Coincidiendo, en parte, con el choque fratricida entre Rafael Nadal y Roberto Carballés, la afluencia a esta Pista 1 era escasa, por lo que viviríamos un partido con ambiente familiar. Los compases iniciales del encuentro nos mostraron largos y bonitos intercambios, con dos jugadores que trataban de darle la mayor velocidad posible al juego, pero con un Schwartzman más metido, aparentemente. Atrevidos, inteligentes y sabiendo aprovechar sus bazas, los dos tenistas protagonizaban buenos momentos en los primeros juegos del choque, un choque que no parecía decantarse, ni siquiera por sensaciones, por ninguno de los dos lados.

De revés a revés, cada uno ejecutado de forma diferente, eran los sacadores, y sus respectivos servicios, los que primaban sobre unos tímidos restos, pese a que Tsitsipas no lograse encontrar su mejor nivel con los primeros, un tanto deficientes, ligeramente por encima del 50%. Sorprendentemente, fue el griego el primero en obtener ventaja desde el resto; Tsitsipas, dominando los intercambios desde el fondo de pista, con pocas dudas y un gran manejo de todo su arsenal, aprovechó sus dos primeras bolas de break, ya en el sexto juego, para poner el 4-2 en el marcador, sumiendo a Peque en unas dudas que trataban de ser acalladas por los tímidos ánimos que se escuchaban desde la grada, progresivamente más poblada.

La rotura, que no tardó en ser consolidada por parte del tenista europeo, concedió a Stefanos un margen de tres juegos, al elevar un casi definitivo 5-2, que sería muy difícil de remontar para Diego, algo lento de piernas en comparación con su adversario. Esa lentitud, esa falta de garra, terminó por condenar al argentino, que cedería su servicio por segunda vez de manera consecutiva para encajar un adverso 6-2 en poco más de media hora. Tsitsipas, que comenzó a medio gas, se benefició de esa notoria evolución para batir a un minado Schwartzman, que debería mejorar, sobretodo a nivel mental, si quería plantar un mínimo de batalla.

Tsitsipas arrasa en el segundo parcial

El fenomenal primer set realizado por Tsitsipas, más meritorio, si cabe, al ser ante un especialista en arcilla, terminaba de confirmar las buenas sensaciones del heleno, actualmente ubicado en el 63º lugar del ranking, pero con aspiraciones mucho más altas, propias de su natural talento; un talento que se impuso, en la primera ronda, al de otro joven tenista: Corentin Moutet, francés de 19 años, a quien derrotó por 6-4 y 6-1 en menos de hora y media.

La segunda manga arrancaría de forma muy similar a la primera. Conscientes de la importancia de empezar con el pie derecho, y de la posibilidad de que el partido se rompiese en tramos posteriores, los dos aspirantes trataron, prioritariamente, de mantener sus saques. Esa premisa no fue llevada a cabo por Diego Schwartzman que, acusando una elevada cantidad de errores no forzados, cedería su servicio en el cuarto juego, volviendo a conceder una buena ventaja a Tsitsipas, que comandaría, 4-1, una vez selló su tercer break del encuentro.

Con un nulo rodaje en el polvo de ladrillo barcelonés, y tras una rápida despedida en el Principado, Schwartzman no conseguía aclimatarse al ambiente y a las condiciones de la pista, hecho que agravaba, aún más, la crisis del de Buenos Aires, incapaz de dar con ese jugador que irrumpió, hace escaso tiempo, en el Top-20 de la ATP. Ese paupérrimo nivel, acrecentado por la solidez de Tsitsipas, llevó al argentino a una nueva ruptura en contra, también en un sexto game, que puso al griego 5-1 arriba, y sacando para ganar. Ese cúmulo de cosas llevó a Peque a estrellar su raqueta contra la arcilla catalana, lo que le valió un warning del juez.

Sirviendo para materializar su triunfo, Stefanos Tsitsipas no dudó, clausurando su encuentro de segunda ronda, al igual que su debut, por la vía rápida. 6-2 y 6-1 tras poco más de una hora de partido; decepcionante debut de Diego Schwartzman, al que no le salió nada ante un confiado e inspirado Tsitsipas, lanzado en esta gira sobre tierra batida, y con serias intenciones de causar más de un batacazo. Tras eliminar al séptimo cabeza de serie en este Conde de Godó, el ateniense buscará, en los octavos de final, cobrarse la permanencia de otro preclasificado, y jugador local: Albert Ramos, décimo sembrado, que sufrió para apear al brasileño Rogerio Dutra Silva por 3-6 6-3 y 6-4 en casi dos horas y media de batalla.