Tirando de épica y demostrando una vez más su enorme fortaleza mental, Pablo Carreño se ha plantado por vez primera en su carrera en los cuartos de final del Trofeo Conde de Godó. El quinto cabeza de serie del cuadro necesitó de dos horas y 38 minutos de intensa lucha para deshacerse del francés Adrian Mannarino, undécimo favorito, por 6-2 4-6 y 7-6(6) en el tercer turno de la pista 1 del Real Club de Tenis Barcelona. Tras un primer set claramente dominado por el español, Mannarino llevó el partido al tercero, una auténtica montaña rusa, con alternativas constantes y que finalmente fue a parar a manos de Carreño en el desempate.

El último set duró más que los dos primeros juntos, 84 minutos.La puesta en escena del actual número once del mundo fue perfecta. Mannarino sólo pudo mantener el equilibrio hasta el 2-2, momento en el que Carreño subió un par de marchas y se hizo con dos 'breaks' consecutivos en blanco para cerrar por un contundente 6-2 la primera manga. 

Mannarino, un jugador tan talentoso como irregular, recobró sensaciones en el inicio del segundo parcial y rompió por primera vez en el partido el servicio de su rival en el quinto juego (3-2). Carreño respondió de forma inmediata con un 'contrabreak'  pero volvió a ceder su servicio permitiendo al francés adelantarse nuevamente en el marcador (4-3). El galo no desaprovechó esta segunda oportunidad y amarró el set por 6-4 llevando al choque al tercero y definitivo.

Un final de locura

El francés se había apoderado de la línea de fondo y ahora era él el que mandaba. Carreño no encontraba soluciones y una derecha paralela le dio un nuevo 'break' a Mannarino, gracias al cual comenzó adelantándose por 2-1 antes del primer descanso del tercer parcial. 

Carreño logró seis roturas de once oportunidades, por cinco de siete de MannarinoPero esto sólo fue el comienzo de un ciclotímico set, en el que ambos jugadores demostraron ser mucho mejores por debajo en el marcador que a la inversa. Carreño recuperó la desventaja y endosó un parcial de cuatro juegos consecutivos a su rival. Con 5-2 arriba, todo parecía coser y cantar para el español, que, sin embargo, flaqueó a la hora de cerrar desperdiciando hasta tres bolas de partido con 5-3 y servicio (40-15 incluido). 

El golpe anímico casi le cuesta el encuentro a Carreño, que vio cómo el francés se venía arriba y le devolvía el parcial de 4-0. Ahora le tocaba a Mannarino poner fin al choque, pero al francés también le pudo la presión o, según se mire, el buen hacer de Carreño, que logró forzar el 'tiebreak' tras salvar otros tres 'match points'. El desempate no decepcionó y se mantuvo la tónica de todo el set. En esta ocasión, fue Mannarino quien perdonó, ya que, pese a no disponer de ninguna bola de partido más, fue el que llevó la voz cantante durante casi todo el juego.

La raza de Carreño se convirtió en el factor diferencial. Hace ya mucho tiempo que el asturiano se comporta como un auténtico top10 y una característica que comparten los mejores del mundo es saber sufrir. Eso fue lo que hizo Carreño, que, tras estar 5-4 abajo, volteó la situación para terminar logrando la victoria por 8-6 en su quinto 'match point'. En último punto fue digno de lo que fue el partido, una derecha que Mannarino envió fuera de pista tras tocar previamente en la red y después de que el revés de Carreño también rozara la cinta. 

Esta puede ser una victoria de mucho valor para el pupilo de Samuel López, que levantó los brazos con alivio, siendo consciente de que hoy había estado muy cerca de decir adiós al torneo. Pero finalmente no fue así, y el español disputará mañana sus primeros cuartos de final en el ATP 500 de Barcelona, buscando las semifinales ante el búlgaro Grigor Dimitrov, segundo favorito y número cinco del mundo, que también hoy se ha visto abocado al sufrimiento ante el tunecino Malek Jaziri, salvando también dos bolas de partido para imponerse por 7-5 3-6 y 7-6(8)

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Sobre el autor
Manuel García
Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.