A pesar de las adversidades recientes, parece que la confianza poco a poco le va llegando a Novak Djokovic. El ex número uno del mundo superó la primera fase de otro cuadro complicado en el horizonte, con una versión que dio destellos de una importante mejora. 

Al principio, Kei Nishikori parecía dominar las sensaciones del partido. Al japonés se le veía más seguro con la derecha y eficaz en los traslados. La pequeña superioridad que pudo tener terminó traduciéndola con un quiebre, para colocarse 3-2 arriba en el primer set. 

Sin embargo, el gusto le duró poco al nipón. Nole quebró inmediatamente después para que las acciones quedaran igualadas. La inyección de energía positiva fue clara para el serbio, quien logró darle vuelta al partido tanto en la pizarra como en las emociones. Novak comenzó a detectar que atacar el segundo servicio de Nishikori era lo que podía traerle dividendos. 

Aunque ninguno de los dos lograba sostener su servicio de manera clara y contundente, al japonés le costaba más trabajo que al serbio. Djokovic aprovechó un par de errores no forzados del lado de su rival para volver a ser incisivo con la devolución. Cuando Kei sacaba para mandar el parcial a un tie-break, Novak aprovechó para quebrar y asegurar el primer capítulo del partido. 

Las constantes del encuentro no cambiaron para la segunda parte. Al japonés le seguía costando lograr una buena efectividad de primeros servicios y eso lo terminaba pagando frente a Djokovic. La que alguna vez llegó a ser una de las mejores devoluciones del circuito se aparecía ocasionalmente con el serbio. 

Nishikori seguía complicándose sus propios juegos de saque pero terminaba sacándolos adelante de alguna forma u otra, hasta que llegó la hora de sacar 4-5. Del 40-15 llegó al deuce y Nole no perdió la oportunidad de volver a atacar el servicio del nipón. En su primer punto para partido, el balcánico jugó fuerte y profundo para complicar al japonés, y le terminó dando resultados. 

Djokovic cerró la victoria en sets corridos para obtener otra dosis de confianza necesaria. Debutó con el pie derecho en el segundo Masters 1000 sobre polvo de ladrillo y demostró que su verdadero nivel sigue oculto, pero que no ha desaparecido.