El jugador balcánico que sumó 17 tiros ganadores y se quedó con el saque del rival en tres de las cinco chances que generó pudo sacar adelante con un encuentro complejo ante un rival al que enfrentaba por primera vez y lo exigió desde el fondo de la cancha y que generalmente el georgiano no te da ritmo, sea en arcilla, césped o cemento.

En el primer set, un quiebre el décimo game fue suficiente para quedarse con una manga en la que perdió apenas tres puntos con el primer saque. Pero en la que en el séptimo juego la debió luchar demasiado y levantar cuatro puntos de quiebre, para luego afirmar su saque. Ello desmotivo al georgiano quien luego cedería su servicio para que el serbio se quede con la primera manga,

Las intermitencias del serbio quedaron totalmente de lado en el segundo set, donde volvió a mostrar la velocidad de sus tiros y tuvo el control del desarrollo desde un quiebre temprano en el segundo game. En el segundo parcial Djokovic flotó sobre la cancha y fácilmente se quedó con el set y el partido.

Noleque estuvo certero con el saque y que evito que el georgiano tenga puntos de quiebre, estuvo seguro con su primer saque, sin ponerle mucha potencia, pero con gran velocidad y eso le permitió no tener problemas ante un oponente que le pega a todo lo que viene. Y que además por momentos se enciende y es difícil de parar.

Por el pase a cuartos de final, Djokovic se medirá ante el español Albert Ramos-Viñolas, quien sorprendió al 8º preclasificado John Isner. Por lo pronto, Djokovic intenta plasmar en la cancha el trabajo que está haciendo fuera de ella para recuperar el terreno perdido y en Roma, terreno ámpliamente conocido, comienza a adquirir la consistencia de otros tiempos que lo llevaron a dominar el Tour durante un largo rato.