Como ya es tradicional en el circuito femenino, la ciudad británica de Esatbourne iba a ser la encargada de poner el punto y final a la gira de hierba previa al tercer Grand Slam del año. Y es que, como también es tradicional, puesto que Wimbledon comienza la semana siguiente, las finales, ya que paralelamente también se disputa el torneo en su categoría masculina, se disputan en la jornada de sábado para así poder tener libre el domingo y que los jugadores finalistas tengan un día para poder viajar a Londres y preparar de la mejor manera posible las últimas dos semanas de tenis sobre el pasto, como dirían los argentinos.
Caroline Wozniacki y Aryna Sabalenka se iban a enfrentar por primera vez en sus carreras y lo iban a hacer con el título en juego, un ingrediente extra para un partido que se presentaba interesante pues estas dos jugadoras nunca se habían visto las caras y gozan de estilos antagónicos, pero igual de efectivos. La experiencia y veteranía frente a la proyección y juventud.
Caminos bien distintos
La danesa, principal favorita para levantar el trofeo pues es la cabeza de serie número, se coló en la final tras derrotar previamente de manera cómoda en segunda ronda a la italiana Camila Giorgi por 6-2 y 6-3 y verse las caras con la local Johanna Konta en tercera ronda, un choque se acabó decidiendo en tres mangas a favor del bando danés. Algo más fácil lo tuvo después para doblegar a la australiana Ashleigh Barty para alcanzar la penúltima ronda del torneo donde en un duelo precioso y de continuos intercambios de golpes, Wozniacki, salvando pelota de partido incluida, remontó a Angelique Kerber para conseguir su pasaporte a la final.
Por su parte, la bielorrusa ha tenido un cuadro bastante más complicado, puesto que no era favorita, pero con tesón y carácter ha conseguido alcanzar la final venciendo todos sus duelos, curiosamente, en tres sets dejando en la cuneta a Saschia Vickery, Julia Goerges, favorita Nº6, Elise Mertens, cabeza de serie Nº9, Karolina Pliskova, la segunda principal candidata para hacerse con el título, y en última instancia a una rejuvenecida Agnieszka Radwanska que regresaba al circuito tras lesión.
Sabalenka rozó con la yema de los dedos el primer setEl factor físico iba a ser desde el primer momento un factor a tener muy en cuenta y era vital observar como respondería Sabalenka en sus primeros compases, pues la enorme cantidad de horas en pista además del contexto del partido podían provocar ver una versión un tanto estática de la jugadora bieolrrusa. La de Minsk, mismo lugar de nacimiento que su compatriota Victoria Azarenka, respondió ante esas posibles dudas iniciales mostrando un tenis de muy altos quilates, tanto que la llevó a dominar el marcador dos veces gracias a un break.
Con 5-3 a su favor, tras confirmar al fin uno de los dos saques de los que disfrutó con rotura a favor, Sabalenka se encontró con dos pelotas de set, pero Wozniacki, en dos alardes de inspiración y sobre todo veteranía, salvó esos dos momentos complicados. A partir de aquí, la joven bielorrusa se diluyó y ya no se volvió a ver a Sabalenka sobre la pista en el primer set. Wozniacki remontó y se adueñó del primer set por 7-5.
El guión se repitió en el segundo set
Sabalenka no dijo su última palabra y es que tras haberse vivido las circunstancias previas se podía esperar un bajón notable en la joven tenista de Minsk. Sin embargo, Sabalenka estaba dispuesta a luchar y morir matando su fuese necesario. De entrada, rompió de nuevo el servicio de la danesa, haciendo un tenis muy completo con continuos cambios de dirección y golpes ganadores además de cerrar los puntos en la red, algo extraño en ella pues es una tenista que acaba sus puntos en dos o tres golpes.
El guión que se produciría en los siguientes compases se parecería a lo que sucedió en el primero. Nuevamente, Sabalenka quebró el saque de la danesa y al igual que en el primer set, no fue hasta el segundo saque con esa ventaja del break cuando confirmaría su liderazgo en el marcador. La de Minsk volvió a servir para ganar el set, pero, una vez más, como ocurrió en el primer parcial, Sabalenka cedió y Wozniacki igualó haciendo gala de una magnífica muestra de supervivencia como si fuese la doble del mítico aventurero británico Bear Grylls.
La bielorrusa alargó un poco más la batalla
Sabalenka no quiso que se repitiese el mismo marcador y abocó el segundo parcial al tie break. El desempate daría como resultado o bien la segunda corona de la danesa en Eastbourne o bien la disputa de un tercer y definitivo parcial que se presentaría frenético. La bielorrusa lideró durante casi todo el tie break siendo superior a una Wozniacki que corría y corría en busca de provocar el fallo en su rival.
Lo acabó consiguiendo y en su primer intento de ganar el partido, al saque, Caroline Wozniacki se proclamó campeona en Eastbourne por segunda vez en su carrera tras derrotar en dos sets por 7-5 y 7-6(5) a una Aryna Sabalenka que quizás mereció minimo el premio de conseguir un set, pero que seguro conseguirá muchos más en finales que dispute, pues madera y papeletas para ello, tiene un rato largo. Sabalenka dará mucho que hablar. Wozniacki, a base de experiencia y currículum, campeona en Eastbourne. Trigésimo título de su carrera, el segundo del año tras su coronación en el Open de Australia a principios de año en lo que fue su primer título de Grand Slam hasta la fecha.