48 tiros ganadores y 11 errores no forzados denotan la perfección de Roger Federer en la segunda ronda de Wimbledon. El All England Lawn Tennis, la catedral de tenis, tuvo en cancha a su mejor representante. Con la soltura y confianza que le otorgó el holgado triunfo ante Dusan Lajovic, la leyenda suiza renovado de energías y de vestimenta, derrotó majestuosamente a Lukas Lacko con parciales de 6-4, 6-4 y 6-1 en apenas una hora y media de juego.

Poco se puede hacer cuando un iluminado como Federer juega como tal. Así lo demostró la sonrisa del eslovaco que dejó la cancha con una anunciada derrota pero a su vez con la satisfacción de haberlo intentado todo, y aunque parezca extraño por el abultado marcador, con pasajes de buen tenis. No obstante, el actual dos del mundo fue de menor a mayor, concretó tiros espectaculares y redondeó un partido sensacional que lo expone como el máximo favorito a levantar el título en el certamen londesino.

El ganador de 20 títulos de Grand Slam quiere seguir expandiendo su legado y parece no conformarse con lo hecho hasta la actualidad. Federer se renueva, trasforma pelotas que para todos resultarían sumamente complicadas en resoluciones extravagantes, despoja a sus rivales en un abrir y cerrar los ojos, y su tenis es una caricia a la vista. En su segunda jornada de Wimbledon, Federer dio cátedra ante los espectadores que llenaron el estadio y resumió en poco tiempo cómo se debe practicar este deporte.

Lacko, que venía de derrotar a Benjamin Bonzi en la primera ronda, luchó por mantener y sacar a flote cada uno de sus turnos de servicios. Sin embargo, su juego fue leído a la perfección por el suizo que ligeramente fue progresando en el jardín verde de Londres y encontró, a base de disparos fortísimos desde ambos lados y con un elevado porcentaje de primeros servicios, la manera de adueñarse del partido con una simpleza envidiable. Los números reflejan su maravillosa actuación. Durante la segunda manga, alcanzó el 100 por ciento de efectividad de puntos ganados con el primer saque, lo que inhabilita cualquier intento por parte de su rival.

Tras dos idénticos parciales de 6-4, el máximo ganador en la historia de Wimbledon (ocho títulos) rompió el saque del eslovaco al comienzo del tercer set y liquidó las esperanzas del número 73 del mundo que, al igual que en sus dos enfrentamientos previos, no logró incomodar seriamente a Federer. Luego de un sencillo y soberbio 6-1, el suizo que se expresa  inoxidable ante el triste paso del tiempo, avanzó a la tercera ronda del torneo londesino y jugará por un pase a la cuarta ronda contra el vencedor de Ivo Karlovic y Jan-Lennard Struff.