Novak Djokovic ha vuelto para quedarse. El serbio ganó su cuarto Wimbledon tras superar en la final a Kevin Anderson (6-2, 6-2, 7-6(3)). Pese a que el sudafricano acusó el gran desgaste del partido ante John Isner, Djokovic disputó un gran encuentro donde solo pasó apuros en la tercera manga, donde tuvo que salvar hasta cinco puntos de set en contra.

En la rueda de prensa, Djokovic empezó hablando de su lesión de codo que le ha impedido rendir a su máximo nivel durante los últimos tiempos: "Ha sido un periplo muy largo la recuperación de mi lesión de codo. Tener que pasar por quirófano fue duro y me equivoqué al intentar competir en Indian Wells y Miami ya que tenía que ir cogiendo ritmo poco a poco para adquirir confianza".

En el partido de hoy se vio muy suelto al serbio, a pesar del tiempo transcurrido desde su última final de Grand Slam, y así lo quiso destacar el propio Djokovic: "Me sentí genial en los dos primeros sets. Creo, honestamente, que en el tercero él fue mejor pero traté de encontrar soluciones para poder llevarme el partido cuanto antes. He sabido imponer mi experiencia ante Kevin, nunca es fácil jugar tu primera final de Wimbledon".

Uno de los grandes culpables del regreso de Nole, su entrenador Marian Vajda, también tuvo su agradecimiento: "He hablado con Marian Vajda y quedamos en que estaría acompañándome hasta final de año. Es muy importante para mí y me hace muy feliz".

El serbio quiere mantener el nivel mostrado en las dos últimas semanas pensando ya en el US Open: "Comprendo que muchos tengan dudas de si podré mantener este nivel mucho tiempo. Yo también las tengo pero solo os puedo decir que me encanta jugar en pistas duras y ya sé lo que es triunfar en Nueva York".